El verano fue espectacular: se vino la noche
Con el calorcito de enero se esfumaron divisas por al menos 4600 millones de dólares.
La mayor parte de los argentinos cree que el último verano fue espectacular. Mucho Sol. Casi nada de lluvia. Días preciosos.
Pero el hecho es que, mientras disfrutaban del verano, buena parte de los cultivos de maíz y soja se achicharraban por el calor y sufrían por la falta de agua.
Este año vamos a cosechar 39,9 millones de toneladas de soja. Con el mismo rinde que en 2010/11 (un ciclo normalito en términos climáticos) hubiésemos tenido una cosecha de soja de al menos 49,1 millones.
Traducido: se evaporaron –haciendo un cálculo muy grueso– ingresos de divisas por alrededor de 4600 millones de dólares (eso sólo por soja; sin incluir al resto de los cultivos).
Casi todas las reservas del Banco Central (BCRA) están hechas de agua. Es decir: de productos que –más allá de las tierras, empuje y tecnología que pueda emplearse– si no llueve en la justa medida, sencillamente, no existen.
De esta manera, mientras muchos aún disfrutaban de vacaciones con días preciosos, comenzaba a desatarse la teoría del caos. Expropiación de YPF. Reducción brutal de los plazos de liquidación de divisas. Problemas para importar insumos vitales. Imposibilidad de viajar al exterior con moneda extranjera (“excuse me, sir, can I pay you with pesos?”).
Así que la próxima vez que estés en la playa disfrutando de un día soleado y pienses que no hay nada mejor que eso, tené en cuenta que quizás se te esté viniendo la noche sin que lo sepas.
Ezequiel Tambornini