Termoprocesados: guía para destruir una industria con alto valor agregado
En apenas dos años las exportaciones cayeron un 60%. La baja de retenciones llegó tarde.
La intervención oficial de la industria cárnica argentina promovió la destrucción de uno de los sectores agroindustriales que más valor agregado aportan a la ganadería: los productos termoprocesados (fundamentalmente corned beef).
En el primer trimestre de 2012 se exportaron 2980 toneladas de productos cárnicos procesados, mientras que en el mismo período de 2011 y 2010 se habían vendido 4327 y 7411 toneladas respectivamente, según datos oficiales del Senasa. Es decir: en apenas dos años cayeron en un 60%.
El corned beef se elabora con la categoría “vaca conserva”, que actualmente tiene un precio que oscila entre 8,0 y 10 $/kg gancho. El producto final –que se exporta a mercados tan diversos como Reino Unido, Zaire o Uganda– se coloca a un valor FOB promedio del orden de 5,0 u$s/kg (posición 1602.50.00.110P).
La vaca conserva es un animal que ya ha cumplido su vida útil productiva en los rodeos de cría y, por lo tanto, constituye un ingreso vital para que el criador pueda recuperar parte de su capital hacienda.
En cuanto a la industria cárnica, el corned beef es el producto que mayor cantidad de empleo genera, dado que, además de la mano de obra necesaria para faena y procesamiento de hacienda, requiere el aporte de la industria de la hojalata (producto a partir del cual se elabora el tradicional envase del corned beef).
A medianos de abril pasado el gobierno nacional redujo, por un plazo de doce meses, del 15% al 5,0% las retenciones aplicadas a los productos cárnicos termoprocesados (reconociendo, de manera indirecta, el daño generado al sector).