Se dio vuelta el factor financiero: la crisis del euro atenta contra la rentabilidad del campo argentino
¿Qué tiene que ver un desempleado en Madrid con un productor de la Pampa Húmeda? Bastante más de lo que se supone.
Durante muchos años el factor monetario internacional fue un componente alcista esencial para “sostener” los precios de los granos. Pero ahora está jugando en contra.
En los últimos meses el valor del dólar estadounidense versus el euro viene escalando posiciones y esta no es una buena noticia para las naciones exportadoras de commodities.
El dólar no sube porque la economía estadounidense esté en una situación brillante, sino porque el activo de referencia del valor relativo del dólar (el euro) está atravesando una fase de pérdida de confianza como instrumento de reserva de valor (la misma que experimentó el dólar en 2009 y que hizo volar la inflación global medida en commodities). Todo esto es posible –claro– porque desde comienzos de la década del ’70 ninguna moneda en el orbe cuenta con respaldo directo en un activo real.
Los commodities, al estar denominados en dólares estadounidenses, tienden a registrar una evolución inversa al valor relativo de dicha moneda. De esta manera, buena parte de la “caída” del valor de las materias primas se explica por el alza del precio del dólar versus el euro (aunque en realidad no es una caída, sino un ajuste de valor relativo).
Por tales motivos –además de la expectativa de una súper cosecha de maíz 2012/13 en EE.UU.– el Índice de Precios de Alimentos elaborado por la FAO viene registrando una tendencia bajista en lo que va de 2012.
El Índice de Precios de Alimentos de la FAO, que mide la evolución mensual de los precios internacionales de una canasta de alimentos básicos, registró un promedio de 204 puntos en mayo pasado (se trata del nivel más bajo desde septiembre de 2010).
En cuanto al euro, la moneda comunitaria no muestra señales de que pueda llegar a recuperarse en el mediano plazo, dado que la situación presente en la Unión Europea es muy comprometida no sólo ya en términos financiero-económicos, sino también sociales. Un ejemplo: en los países del “área del euro” (UE-17) el desempleo en abril de 2012 alcanzó un nivel récord del 11,0% (las naciones más complicadas en ese sentido son España, Grecia y Portugal).