Otra víctima de los inconvenientes climáticos: la mayor parte de la cosecha argentina de garbanzo tiene una calidad regular
Este año escasean las partidas con un calibre de 9 milímetros.
El clima jugó en contra de la cosecha de garbanzo argentina 2012/13. Si bien se esperaba una producción del orden de 160.000 toneladas por el aumento del área sembrada, ahora se estima que podría ser de entre 100.000 y 115.000 toneladas.
La mayor parte de los embarques realizados por la Argentina corresponde a calibres de 7, 8 y 9 milímetros. Este año, a diferencia de lo que ocurrió en 2011/12, prevalecen los calibres de menor tamaño (7 y 8), según indicó un informe elaborado por el Movimiento CREA (InfoCREA).
El precio promedio ponderado FOB del garbanzo argentino en el pasado mes de noviembre (correspondiente a la cosecha 2012/13) fue de 930 u$s/tonelada versus 1170 u$s/tonelada en el mismo mes de 2011.
Sin embargo, las partidas con un calibre de 9 milímetros, que, en términos generales, se registran con un FOB superior a 1100 u$s/tonelada, representan menos de un 15% del volumen declarado el mes pasado.
“Este año la proporción de partidas con un calibre de 9 milímetros es muy reducida. Las plantas procesadoras presentes en el país mejoraron mucho, entonces es posible obtener partidas de 9 milímetros luego de realizar diferentes procesos sobre la mercadería recibida, pero a un costo mucho más elevado”, comentó Matías Macera, Senior Trader de la compañía exportadora de legumbres Desdelsur (que concentra sus operaciones en el norte de la provincia de Salta).
Muchos lotes de garbanzo se perdieron por enfermedades, anegamientos o granizadas. Y buena parte de lo que se cosechó o se está levantando tiene una calidad comercial regular (con gran proporción de granos manchados y “lavados”, es decir, de color blanquecino a causa de un exceso de humedad durante el período previo a la cosecha).
“Los pronósticos climáticos de largo plazo indicarían que el año próximo las condiciones para producir garbanzo serían más favorables, pero vamos a tener un serio déficit de semilla con una calidad aceptable”, alertó Macera.
La ventana comercial óptima del garbanzo argentino se inicia en noviembre, cuando termina de ingresar la cosecha mexicana (que tiene muy buenos calibres), y finaliza con el ingreso de la cosecha india.
“La India, en caso de contar con un saldo exportable importante, deprime al mercado internacional; lo contrario sucede si pasa a importar por registrar una mala cosecha”, explicó Diego Ruiz, gerente comercial de la compañía exportadora de especialidades agrícolas Paramérica (con sede en Tucumán).
La cosecha india de garbanzo Kabuli (la variedad producida en la Argentina) ingresa al mercado internacional hacia el mes de marzo. “El problema es que en esta campaña los indios prevén que van a tener una buena cosecha y comenzaron a colocar por adelantado contratos de venta de garbanzo con un calibre de 9 milímetros”, añadió Ruiz.
Esa situación –si los traders indios lograran la buena cosecha que esperan obtener– podría condicionar la evolución de los precios internacionales de la legumbre a partir del mes de marzo.
Por el momento, en diciembre y enero próximo es probable que el valor FOB de las partidas argentinas de garbanzo de calibre 9 aumente porque se trata de una mercadería escasa en el mundo. “Pero el efecto inverso puede llegar a ocurrir con calibres menores”, indicó Ruiz.