Sube la soja en Chicago: comenzaron a crecer las apuestas de los operadores que prevén un nuevo fracaso de la cosecha argentina
Este año la demanda no tiene margen de acción para maniobrar.
En las últimas dos semanas los precios de la soja en el mercado de Chicago (CME Group) se recuperaron. Parece una buena noticia. Pero no lo es tanto porque la mayor parte de esa suba se construyó a partir de la certeza –por parte de muchos operadores estadounidenses– de que la cosecha argentina de soja 2012/13 va directo al fracaso.
Buena parte de la región pampeana –donde se concentra la producción de soja argentina– está experimentando restricciones hídricas que, por el momento, no son críticas en la mayor parte de los casos.
Sin embargo, si en los próximos días no aparece una lluvia generalizada que aportes varias decenas de milímetros en la zona pampeana, los potenciales de rindes –tanto de soja de primera como de segunda– comenzarán a recortarse de manera pronunciada (y la cosecha de 53 millones de toneladas prevista por la Bolsa de Comercio de Rosario comenzará a ser ciencia ficción).
En el ciclo pasado (2011/12) la cosecha argentina de soja fracasó. Pero la cadena oleaginosa tenía un as en la manga para pasar el mal rato: el margen generado por la industria del biodiesel.
Pero en el segundo semestre de 2012 el gobierno kirchnerista decidió apropiarse de ese margen por medio de la intervención del mercado del biodiesel. La medida representó un aumento indirecto del derecho de exportación vigente sobre la soja (que no se evidenció por la escasa oferta de mercadería presente en el mercado).
Sin el margen de reserva del biodiesel, los grandes exportadores del complejo sojero –por más necesitados que estén– no podrán este año salir a reventar el mercado para originar mercadería (algo similar le ocurrirá a los arrendatarios cuando salgan a buscar campos con los márgenes proyectados del ciclo 2013/14).
En las actuales circunstancias, si la cosecha argentina de soja llegara nuevamente a ser menor a la esperada, la situación del sector (y por extensión de la economía argentina modelo 2013) pasará a tener una dependencia umbilical con la evolución de los precios internacionales de la soja. En otras palabras: que Dios nos ayude.
Ezequiel Tambornini