Los europeos finalmente lograron frenar el ingreso del biodiesel argentino: las exportaciones se derrumbaron al nivel más bajo de los últimos cuatro años
Parte se pudo redireccionar a EE.UU. Pero no fue suficiente.
Luego de la expropiación de YPF (abril de 2012) las autoridades europeas –particularmente las españolas– juraron devolver el golpe a sus pares argentinos. El año pasado hicieron varios intentos: todos fallidos. Pero finalmente lo lograron.
El 28 de enero pasado una resolución de la Comisión Europea (Poder Ejecutivo de la UE-27) ordenó registrar todas las importaciones de biodiesel provenientes de Argentina e Indonesia para aplicar derechos antidumping retroactivos en caso de que las investigaciones vigentes sobre la materia determinen efectivamente un caso de dumping contra la industria europea de biodiesel.
No existe certeza de que tales investigaciones logren demostrar competencia desleal por parte de la industria argentina de biodiesel. Sin embargo, la normativa obliga a los importadores europeos del biocombustible a previsionar eventuales erogaciones por cargos arancelarios. Es decir: se trata de una normativa diseñada para generar un infierno contable.
El resultado: las exportaciones argentinas declaradas de biodiesel en febrero pasado se derrumbaron a niveles insólitos. Fueron de apenas 68.518 toneladas, el volumen mensual más bajo desde febrero de 2009 (ver gráfico).
Parte de lo que dejó de comprar Europa se redireccionó a EE.UU. (unas 21.000 toneladas). Pero no fue suficiente para cubrir el bache dejado por los importadores comunitarios.
En un país normal esa devolución de gentilezas hubiese sido contrarrestada con un mayor uso interno de biodiesel. Pero el gobierno argentino hizo todo lo contrario: intervino el negocio del biodiesel para apropiarse de la renta del sector. Las nuevas reglas de juego, además de ser discrecionales, son poco predecibles (de hecho la última vez que se publicaron los precios de referencia del biodiesel destinado al corte interno con gasoil fue en la primera quincena de diciembre de 2012, cuando ya deberían estar disponibles los valores de la segunda quincena de febrero de 2013).
Un dato para tener en cuenta: la industria del biodiesel es una parte sustancial de la cadena de valor del complejo sojero. Los problemas presentes en ese sector por el momento no se reflejan en los precios internos ofrecidos de la soja porque venimos de un fracaso productivo (seca 2011/12) y además la mayor parte de los productores están reticentes a desprenderse del poroto que van a cosechar en las próximas semanas (en un momento en el cual el gobierno está desesperado por hacerse de divisas).
Sin embargo, si en algún momento llegara a producirse una oleada de ventas de soja en el mercado local, los problemas presentes en la cadena podrían comenzar a evidenciarse en los precios ofrecidos de la oleaginosa.
Ezequiel Tambornini