Paradoja argentina: pocos productores quieren sembrar el cultivo más rentable de la campaña 2012/13
El FOB teórico del trigo registra un valor récord de 475 u$s/tonelada.
Las personas informadas sabían desde octubre pasado que no había trigo para todos. En ese escenario, estaba claro que el negocio –lejos de vender en cosecha– consistía en comercializar el cereal con paciencia budista.
Pero nadie pudo prever que el precio interno del trigo condición cámara argentino –el cereal a granel común y corriente– llegaría esta semana a los 350 u$s/tonelada.
El desastre presente en el sector triguero argentino es equiparable al ocurrido en el sector frigorífico. Los únicos que parecen no haberse dado cuenta de eso son los integrantes de la industria molinera (quienes siguen solicitando soluciones al gobierno nacional sin advertir que, en una situación de escasez de mercadería, la industria es variable de ajuste del modelo agropecuario kirchnerista).
El brutal fracaso de la política triguera argentina nos obliga a cambiar incluso los instrumentos de análisis para entender qué está sucediendo. Ya no tiene más sentido hablar de FAS teórico. Ahora tenemos que calcular que, con un FAS de 350 u$s/tonelada, el FOB teórico del trigo condición cámara argentino es de 475 u$s/tonelada (versus 356 u$s/tonelada del valor FOB Golfo de México del mejor trigo duro estadounidense).
Esa anomalía tiene una razón: Argentina, además de no tener más saldo exportable del cereal, debe estirar la oferta del poco trigo que tiene hasta el ingreso de la próxima cosecha (noviembre de 2013). Se trata de una tarea titánica que en un país normal se resolvería con importaciones.
El trigo será –por lejos– el mejor negocio de la campaña 2012/13 para aquellos empresarios agrícolas que pudieron esperar el momento óptimo para comercializarlo. Desafortunadamente son sólo una minoría.
Por ese motivo, la primera estimación de siembra de trigo 2013/14 realizada esta semana por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyecta un área nacional de apenas 3,90 millones de hectáreas (+8,3% que en 2012/13). Con esa superficie, cualquier eventualidad climática hará que el año que viene podamos volver a tener problemas de oferta similares a los actuales.
Durante muchos años el mercado de trigo fue manoseado hasta el cansancio a partir de la premisa de que los productores iban a sembrar de cualquier manera. Ese paradigma se quebró en el presente ciclo 2012/13.
Asegurarse una oferta suficiente de trigo en 2014 era baratísimo: sólo había que garantizar coberturas de precio con una base de 210 u$s/tonelada. Pero nadie estuvo dispuesto a invertir esos pocos dólares.
La pregunta clave, en el actual contexto, es quiénes, de todos los participantes del negocio triguero, no pueden sobrevivir sin trigo. Una pista: recordar qué sucedió con el sector frigorífico cuando se desplomó el stock de hacienda. ¿Adivinaron?
Ezequiel Tambornini