Ya están los resultados finales de las elecciones primarias: el campo argentino sigue perdiendo
Los datos duros detrás de la cáscara informativa.
Se publicaron demasiados artÃculos sobre la derrota del kirchnerismo en las elecciones primarias. Pero los que tienen –hace también demasiados años– ganas de festejar están tan eufóricos que parecen haber perdido la capacidad de advertir lo obvio.
El domingo pasado comenzaron a medir fuerzas los dirigentes kirchneristas que aspiran a ganar las elecciones presidenciales de octubre de 2015.
En la provincia de Buenos Aires la lista del Frente Renovador liderada por el intendente de Tigre, Sergio Massa, obtuvo 35,0% de los votos y superó por más de cinco puntos a los candidatos del Frente para la Victoria (que juntaron 29,6% de los votos).
La cuestión es que la suma del kirchnerismo light de Massa con la lÃnea dura –en este caso representada por MartÃn Insaurralde– logró más del 64% de los votos bonaerenses. Es decir: los suficientes para definir una elección nacional sin mayores dificultades.
El Frente Renovador está integrado por Felipe Solá, un hombre que, si bien conoce la dinámica del negocio agropecuario, cuando fue gobernador de Buenos Aires no tuvo mayores problemas en afirmar que las retenciones agrÃcolas “tienen que seguir existiendoâ€.
En la lista también figura el ex presidente de la UIA José Ignacio de Mendiguren, quien apenas dos años atrás aplaudÃa a la presidencia Cristina Fernández de Kirchner en Tecnópolis, elogiaba la polÃtica del actual gobierno y afirmaba que “la primarización es un riesgo latente del cual debemos tener plena conciencia†y que “los términos de nuestro intercambio no siempre fueron ni serán para siempre favorables y hay que actuar en los tiempos de bonanza para diversificar la estructura exportadora y sustituir eficientemente las importacionesâ€.
El Frente Renovador, en términos de polÃtica agropecuaria, implica seguir con el modelo vigente en la actualidad. Y eso en el mejor de los casos. Porque el dato es que se acabó la era de los commodities (traducido: los precios de los granos, de aquà en más, serán buenos, pero no súper espectaculares como los registrados en la última década) y tenemos un creciente déficit energético que alguien deberá pagar.
La alternativa a Massa es el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, un hombre que aplicó un súper revalúo inmobiliario –que terminó perjudicando a los productores más débiles– y que el año pasado sólo se animó a declarar la emergencia agropecuaria por inundaciones luego de que Marcelo Tinelli lo exigiera vÃa Twitter.
Falta mucho para octubre de 2015. En dos años argentinos pueden pasar muchas cosas. Pero si el resultado del domingo pasado es un reflejo de lo que viene, entonces los productores que quedan vivos deberán prepararse para otra década de ordeño masivo.
Ezequiel Tambornini