Los hermanos de Capitanich aún guardan soja: la moneda más dura presente en la economía argentina
El jefe de Gabinete había recomendado vender para no especular.
“Vendan, no especulen. La tendencia en el precio de la soja es decreciente”. Esa recomendación –destinada a los empresarios agrícolas– fue realizada la semana pasada por el jefe de Gabinete Jorge Capitanich.
El dato –según una investigación realizada por La Política Online– es que los hermanos de Capitanich –Daniel y Héctor– son productores agropecuarios y aún conservan parte de la producción de soja de la campaña 2012/13.
La recomendación de “Coqui” Capitanich llamó la atención de muchos, dado que el ex gobernador de Chaco –a diferencia de la mayor parte de los políticos argentinos– conoce muy bien la dinámica del negocio agrícola.
Capitanich proviene de una familia de campo. Descendiente de yugoslavos, el funcionario vivió durante toda su infancia en un paraje rural chaqueño llamado La Montenegrina junto a sus dos hermanos.
Héctor, el hermano mayor, sembró en 2012/13 unas 2500 hectáreas en su campo en La Montenegrina. También produce en campos arrendados. Por su parte, Daniel (“el Dany”) produce soja y algodón en su campo de 350 hectáreas ubicado en Colonia José Marmol. Además es intendente de Campo Largo (una localidad chaqueña de unos 20.000 habitantes).
Frente a la incertidumbre cambiaria generada por la sequía de divisas, la soja dejó de ser considerada un negocio para pasar a ser operada como una moneda fuerte por parte de los productores.
Ese cambio de paradigma –que no podría instrumentarse sin la contribución del uso masivo del silobolsa– implica en lo inmediato un cambio sustancial en la lógica comercial granaria, dado que el factor vital ya no es el precio de la soja, sino la necesidad de cubrirse frente a la creciente depreciación del peso argentino y las ventas destinadas a cubrir gastos operativos y financieros.