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China ya no sólo compra soja: este año comenzó a exportar yuanes a cambio de soberanía territorial

China es conocida como importadora de commodities. Pero este año la nación asiática se estrenó como exportadora de liquidez a naciones populistas con abundancia de recursos naturales.

Las autoridades del gobierno central chino indicaron que están dispuestas a ampliar con sus pares rusos el canje (swap) de divisas de 150.000 millones de yuanes (unos 24.100 millones de dólares) firmado en octubre pasado.

También realizaron una operación semejante con Venezuela y Argentina (dos naciones con una crisis de confianza que registran déficit de divisas) por un volumen de yuanes equivalente a unos 4000 y 2300 millones de dólares respectivamente.

“Prestando a las naciones que se encuentran fuera del sistema financiero, el presidente chino Xi Jinping contribuye a incrementar su influencia en la economía global al realizar la tarea de prestamista de última instancia que suele llevar a cabo el Fondo Monetario Internacional (FMI)”, indica un artículo publicado por la agencia Bloomberg.

“Mientras que el FMI, al conceder préstamos, suele demandar reformas económicas orientadas a estabilizar las economías locales, algunos analistas especulan que el objetivo de los gobernantes chinos es consolidar intereses propios en naciones ricas en commodities”, añadió.

La cuestión es que los yuanes facilitados por las autoridades chinas no son gratis. El partido argentino oficialista Frente para la Victoria, que cuenta con mayoría propia en el Congreso, aprobó la semana pasada un acuerdo de cooperación con el gobierno central chino por medio del cual se habilita por 50 años “la construcción, el establecimiento y la operación de una estación de espacio lejano de China” dedicada a la “exploración de la luna” (ver facsímil).

Dicha estación, que ya está siendo construida en la zona neuquina de Bajada del Agrio y será finalizada en el primer semestre de 2015, se operará de manera tal que –tal como indica el acuerdo– “la Argentina no interferirá ni interrumpirá las actividades normales que se lleven a cabo” en la misma.

El acuerdo indica además que “el gobierno de la Argentina no se responsabiliza, nacional o internacionalmente, en razón de las actividades del gobierno de China en su territorio vinculadas al proyecta, sea por acción u omisión de ésta o de sus representantes”.

El ex titular de la Side, Miguel Ángel Toma, alertó que el acuerdo implica una “cesión de soberanía territorial” sobre un predio de 200 hectáreas en el marco de un acuerdo en el que “no participó el Ministerio de Defensa ni fueron consultadas las autoridades militares especializadas en este tema”.

“Fuentes castrenses extraoficialmente han manifestado su preocupación pues sostienen que la tecnología utilizada es de aplicación dual, es decir, sirve también para el seguimiento y control de misiles, o sea vehículos de uso exclusivamente militar”, apuntó en un artículo publicado en Clarín.

“Igualmente peligroso en el plano estratégico es el riesgo de revertir la situación de zona de paz de nuestra región, colocándola en el centro de la disputa geopolítica que caracteriza al siglo XXI entre el bloque occidental y China, en la que nadie puede asegurar que no conlleva el riesgo de la competencia y el enfrentamiento en el plano militar”, añadió Toma.

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