La encÃclica ambiental del Papa Francisco habla de “agrotóxicosâ€: también critica a los ecologistas que no trabajan para “devolver la dignidad a los excluidosâ€
Documento oficial del Vaticano sobre el cuidado del ambiente.
La encÃclica “ambiental†publicada por el Papa Francisco (“Sobre el cuidado de la casa comúnâ€) hace referencia al uso inadecuado de los “agrotóxicosâ€, las contribuciones sociales de los organismos genéticamente modificados, la importancia de rotar cultivos y los riesgos que implica intentar resolver problemas ambientales sin considerar las necesidades sociales.
“Nos cuesta reconocer –expone la encÃclica– que el funcionamiento de los ecosistemas naturales es ejemplar: las plantas sintetizan nutrientes que alimentan a los herbÃvoros; estos a su vez alimentan a los seres carnÃvoros, que proporcionan importantes cantidades de residuos orgánicos, los cuales dan lugar a una nueva generación de vegetalesâ€.
“En cambio, el sistema industrial, al final del ciclo de producción y de consumo, no ha desarrollado la capacidad de absorber y reutilizar residuos y desechos. TodavÃa no se ha logrado adoptar un modelo circular de producción que asegure recursos para todos y para las generaciones futuras, y que supone limitar al máximo el uso de los recursos no renovables, moderar el consumo, maximizar la eficiencia del aprovechamiento, reutilizar y reciclar. Abordar esta cuestión serÃa un modo de contrarrestar la cultura del descarte, que termina afectando al planeta entero, pero observamos que los avances en este sentido son todavÃa muy escasosâ€.
“Posiblemente nos inquieta saber de la extinción de un mamÃfero o de un ave, por su mayor visibilidad. Pero para el buen funcionamiento de los ecosistemas también son necesarios los hongos, las algas, los gusanos, los insectos, los reptiles y la innumerable variedad de microorganismosâ€.
“Algunas especies poco numerosas, que suelen pasar desapercibidas, juegan un rol crÃtico fundamental para estabilizar el equilibrio de un lugar. Es verdad que el ser humano debe intervenir cuando un geosistema entra en estado crÃtico, pero hoy el nivel de intervención humana en una realidad tan compleja como la naturaleza es tal, que los constantes desastres que el ser humano ocasiona provocan una nueva intervención suya, de tal modo que la actividad humana se hace omnipresente, con todos los riesgos que esto implica. Suele crearse un cÃrculo vicioso donde la intervención del ser humano para resolver una dificultad muchas veces agrava más la situaciónâ€.
“Por ejemplo, muchos pájaros e insectos que desaparecen a causa de los agrotóxicos creados por la tecnologÃa son útiles a la misma agricultura, y su desaparición deberá ser sustituida con otra intervención tecnológica, que posiblemente traerá nuevos efectos nocivosâ€.
“Es difÃcil emitir un juicio general sobre el desarrollo de organismos genéticamente modificados (OMG), vegetales o animales, médicos o agropecuarios, ya que pueden ser muy diversos entre sà y requerir distintas consideraciones. Por otra parte, los riesgos no siempre se atribuyen a la técnica misma sino a su aplicación inadecuada o excesivaâ€.
“En realidad, las mutaciones genéticas muchas veces fueron y son producidas por la misma naturaleza. Ni siquiera aquellas provocadas por la intervención humana son un fenómeno moderno. La domesticación de animales, el cruzamiento de especies y otras prácticas antiguas y universalmente aceptadas pueden incluirse en estas consideracionesâ€.
“Cabe recordar que el inicio de los desarrollos cientÃficos de cereales transgénicos estuvo en la observación de una bacteria que natural y espontáneamente producÃa una modificación en el genoma de un vegetal. Pero en la naturaleza estos procesos tienen un ritmo lento, que no se compara con la velocidad que imponen los avances tecnológicos actuales, aun cuando estos avances tengan detrás un desarrollo cientÃfico de varios siglosâ€.
“Si bien no hay comprobación contundente acerca del daño que podrÃan causar los cereales transgénicos a los seres humanos, y en algunas regiones su utilización ha provocado un crecimiento económico que ayudó a resolver problemas, hay dificultades importantes que no deben ser relativizadasâ€.
“En muchos lugares, tras la introducción de estos cultivos, se constata una concentración de tierras productivas en manos de pocos debido a la progresiva desaparición de pequeños productores que, como consecuencia de la pérdida de las tierras explotadas, se han visto obligados a retirarse de la producción directaâ€.
“Cuando se habla de medio ambiente, se indica particularmente una relación, la que existe entre la naturaleza y la sociedad que la habita. Esto nos impide entender la naturaleza como algo separado de nosotros o como un mero marco de nuestra vida. Estamos incluidos en ella, somos parte de ella y estamos interpenetradosâ€.
“Las razones por las cuales un lugar se contamina exigen un análisis del funcionamiento de la sociedad, de su economÃa, de su comportamiento, de sus maneras de entender la realidad. Dada la magnitud de los cambios, ya no es posible encontrar una respuesta especÃfica e independiente para cada parte del problema. Es fundamental buscar soluciones integrales que consideren las interacciones de los sistemas naturales entre sà y con los sistemas socialesâ€.
“No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental. Las lÃneas para la solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturalezaâ€.
“Debido a la cantidad y variedad de elementos a tener en cuenta, a la hora de determinar el impacto ambiental de un emprendimiento concreto, se vuelve indispensable dar a los investigadores un lugar preponderante y facilitar su interacción, con amplia libertad académicaâ€.
“Cabe recordar que los ecosistemas intervienen en el secuestro de anhÃdrido carbónico, en la purificación del agua, en el control de enfermedades y plagas, en la formación del suelo, en la descomposición de residuos y en muchÃsimos otros servicios que olvidamos o ignoramos. Cuando advierten esto, muchas personas vuelven a tomar conciencia de que vivimos y actuamos a partir de una realidad que nos ha sido previamente regalada, que es anterior a nuestras capacidades y a nuestra existencia. Por eso, cuando se habla de uso sostenible, siempre hay que incorporar una consideración sobre la capacidad de regeneración de cada ecosistema en sus diversas áreas y aspectosâ€.
“La acción polÃtica local puede orientarse a la modificación del consumo, al desarrollo de una economÃa de residuos y de reciclaje, a la protección de especies y a la programación de una agricultura diversificada con rotación de cultivos. Es posible alentar el mejoramiento agrÃcola de regiones pobres mediante inversiones en infraestructuras rurales, en la organización del mercado local o nacional, en sistemas de riego, en el desarrollo de técnicas agrÃcolas sosteniblesâ€.
“Para afrontar los problemas de fondo, que no pueden ser resueltos por acciones de paÃses aislados, es indispensable un consenso mundial que lleve, por ejemplo, a programar una agricultura sostenible y diversificada, a desarrollar formas renovables y poco contaminantes de energÃa, a fomentar una mayor eficiencia energética, a promover una gestión más adecuada de los recursos forestales y marinos, a asegurar a todos el acceso al agua potableâ€.
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