Basta de verso: nuevo ajuste por inflación del precio del pan con despedida del subsidio triguero
Campaña desinformativa de algunos medios K.
En las últimas semanas algunos medios oficialistas lanzaron una campaña orientada a establecer un nexo casual entre la suba del precio de la harina con eventuales ajustes en el precio del pan. Pero eso no es correcto.
La bolsa de 50 kilos de harina –consumidas en su mayor parte por panaderÃas barriales– es un commodity y, como tal, su valor sube o baja en función de las oscilaciones del precio interno del trigo.
Durante la mayor parte de 2015 el precio interno del trigo estuvo planchado por la intervención kirchnerista. Y lo mismo sucedió con la bolsa de harina, que, al ubicarse en un rango de precios mayoristas de 110 a 140 pesos, generó quebrantos en el sector molinero.
Pero los precios al público del pan, facturas, prepizzas y demás productos elaborados por panaderÃas no bajaron porque, al tratarse de alimentos (no un commodity), justamente tienen la capacidad de capturar márgenes adicionales provenientes de costos circunstanciales decrecientes.
En la actualidad la harina de trigo –con un valor de 210 pesos la bolsa– tiene una incidencia, con toda la furia, del orden del 21% en la estructura de costos de una pequeña panaderÃa sin considerar alquiler del local, mantenimiento de hornos, amortizaciones, rodados propios e impuestos (sumando esos gastos, que varÃan según la zona, tal incidencia se reduce de manera significativa). Esa pequeña panaderÃa, con una producción anual de 65.000 kilos, tendrÃa un costo bruto del pan de 19.2 $/kg (ver cuadro).
El dato es que, con un precio de la bolsa de harina de 115 pesos, ese costo bruto se reduce a 17.4 pesos, mientras que con un valor de la harina de 250 pesos se incrementarÃa a 20.0 pesos.
El valor interno del trigo –motor del ajuste del precio de la harina– comenzó a subir en las últimas semanas ante la certeza de que el próximo gobierno nacional eliminará en diciembre las retenciones del 20% vigentes sobre el cereal.
La noticia entonces, lejos de tratarse de “la suba del pan por causa de la harinaâ€, deberÃa denominarse el “fin del subsidio forzoso pagado por productores y molinos a panaderÃasâ€.
El rubro que tiene la mayor incidencia en el costo del pan son los salarios y las cargas sociales (ambos comprenden más del 70% de la estructura básica de costos de una panaderÃa). Cualquier ajuste en los pauperizados sueldos de los empleados panaderos –producto de una inflación sistémica– tiene un impacto enorme e indisimulable en el precio final del pan.
Los progresivos ajustes del valor del pan –como de cualquier otro alimento– son necesarios para actualizar por inflación los márgenes de utilidad de los empresarios panaderos (el último IPC Congreso publicado es del 25,9%).