El irresistible encanto de ser argentinos: todo lo que debe saber sobre el sistema Bolsatech antes de decidir en qué bando ubicarse
Buena parte del problema reside en nuestra propia matriz cultural.
El deporte preferido de los argentinos no es el fútbol. Es pelearnos entre nosotros mismos. Cuando aparece un conflicto, lejos de buscar una solución por consenso, solemos hacer cálculos mentales en milésimas de segundos para evaluar en qué bando ubicarnos. Nos encantan los relatos de buenos contra malos.
Lo que sucedió en el foro público de Twitter con el sistema Bolsatech es una muestra más de ese fenómeno. “CRA y SRA nos opusimos: sale sin consenso de productores pero como (los laboratorios de) las cámaras (arbitrales) precisan dinero de los análisis, sale nomás”, aseguró el dirigente gremial Roberto Campi (¿los productores de Coninagro son menos productores que los de CRA y SRA?). “Totalmente falso que salga porque las cámaras necesitan dinero”, contestó el presidente de la Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires Javier Buján. “Voto positivo de los que cobran y negativo de los que pagan. Vergüenza institucional de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires”, indicó Jorge Solmi (FAA).
La solución estructural de este conflicto es consensuar –con el Estado como árbitro– un proyecto de Ley de Semillas y Eventos Biotecnológicos que contemple los derechos de todas las partes involucradas. En Uruguay, por ejemplo, el pago de regalías en semillas autógamas no constituye un problema porque se pusieron todos de acuerdo al respecto.
Y los productores, en lugar de ponerse en el rol de víctimas (otra característica propia del ADN argento), pueden hacer uso pleno de sus derechos de protesta con las dos herramientas que tienen a mano. La primera es –tal como ocurrió este año– seguir sembrando soja RR1 de propia multiplicación para demostrar el rechazo al sistema de facto implementado por Monsanto (y luego emparchado por acopiadores que no querían transformarse en agentes de cobro forzosos de una compañía privada).
La segunda es recurrir a la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia para solicitar que inicie una investigación orientada a establecer si existe una política, por parte de las empresas semilleras, de introducir el evento Bt de Monsanto (PRO) en la mayor parte de la oferta de germoplasma de soja. La ayuda del Inase, en este caso, es fundamental para estudiar una eventual situación de abuso de posición dominante.
Algo es completamente seguro: el conflicto seguirá si no existe voluntad de diálogo constructivo entre las partes en un marco de confianza. Por supuesto: siempre será más fácil ponerse la capa de súper héroe para salir a denunciar grandes injusticias. Y los periodistas (el público) estaremos más que agradecidos porque los cotolengos nos ayudan a generar artículos divertidísimos de alto impacto.
Ezequiel Tambornini