La fuga de Schillaci y los hermanos Lanatta fracasó por no saber nada de campo: algunos consejos prácticos
Pautas que los delataron al atravesar un ámbito rural.
Si Víctor Schillaci, Martín y Christian Lanatta supieran algo de campo ahora estarían tomando una cerveza en algún lugar recóndito de Paraguay. Pero no.
Uno. El mejor momento para emprender una fuga desde Buenos Aires hacia el norte del país sería en marzo, cuando los cultivos de maíz tardío y soja están mucho más crecidos y, por lo tanto, es más fácil esconderse entre los mismos (el maíz temprano tiene algo de altura por esta época pero se sembró en un área reducida).
Dos. Pretender hacer pasar una camioneta robada por un vehículo de Gendarmería no fue la mejor idea. La alternativa más adecuada en la ruta que tenían prevista era pegar calcomanías de compañías de agroinsumos en la camioneta para intentar mimetizarse como distribuidores de fitosanitarios o agrónomos.
Tres. En marzo –cuando comienza la cosecha gruesa– la mayor parte de la gente que vive en comunidades agrícolas tiene la cabeza puesta en la planificación de la recolección, almacenamiento, transporte y comercialización de granos. En estos días tienen todo el tiempo del mundo para vigilar cualquier movimiento extraño.
Cuatro. Presentarse así porque sí para pedir agua es tan sospechoso como manejar un tanque por la avenida de una gran urbe. Pero aparecer de la nada para preguntar por campos en alquiler es usual. Ayudaría andar con un gorrito y un chomba con marca de empresa de agroinsumos.
Cinco. Está claro que los tres prófugos no contaron –al menos en el último tramo de la huída– con apoyo logístico alguno. Porque si alguien los hacía pasar por operarios de una cuadrilla de contratistas rurales, lo más probable es que nadie hubiese podido dar con ellos hasta cruzar la frontera.
La mayor parte de los argentinos viven en ambientes urbanos sin conexión –real o cultural– con la actividad económica que abastece de divisas al resto de los sectores productivos. Y este caso no fue la excepción.
Ezequiel Tambornini