Argentina: Braford y Brangus desarrollan un test genómico propio para lograr la independencia tecnológica
Con la colaboración del Instituto de Genética Veterinaria de la Universidad Nacional de La Plata-Conicet.
En 2004 un consorcio internacional logró secuenciar el primer borrador del genoma de un bovino (Bos Taurus). A fines de 2007, a partir de un desarrollo conjunto con el USDA y las Universidades de Missouri (EE.UU.) y de Alberta (Canadá), la compañÃa estadounidense Illumina comenzó a comercializar test genómicos para bovinos con 50.000 marcadores genéticos (SNP50). Desde entonces la industria de la genética bovina en el Hemisferio Norte ingresó en una carrera frenética.
Actualmente la mayor parte de la selección de vacas lecheras en EE.UU. se realiza empleando esa tecnologÃa. Allà las terneras con los Ãndices genómicos más destacados se conciben cuando el padre y la madre tienen apenas un año de edad. Y cuando ellas cumplan un año, se les hace fertilización in vitro con el semen de toros genómicos que también tienen un año de edad. De esta manera, avances genéticos que antes tardaban cinco años, ahora es posible lograrlos en sólo dos.
“Esto ya está generando cambios económicos y en el comportamiento de los criadores, quienes se arriesgan a comprar terneros lecheros genómicamente probados aunque ni siquiera hayan tenido hijasâ€, asegura Rodolfo Cantet, docente de la cátedra de Mejoramiento Genético Animal de la Fauba, investigador principal del Conicet y encargado de coordinar las evaluaciones genéticas de las razas Brangus y Braford.
Illumina y Affymetrix son las dos empresas lÃderes en diseño de equipamientos para lectura de las secuencias genéticas en bovinos. Y los principales laboratorios que –empleando una o ambas plataformas– brindan servicios de genotipado, están en el Hemisferio Norte.
“Los costos de esta tecnologÃa son elevados y hasta hace poco dependÃamos de un par de empresas extranjeras. Ahora estamos trabajando junto a colegas del Instituto de Genética Veterinaria (de la Universidad Nacional de La Plata-Conicet), que tienen capacidad de genotipar. Con ellos estamos desarrollando un chip de ADN que es informativo para Brangus, Braford y Brahmanâ€, comentó Cantet. “Este desarrollo nos independizará de cualquier compañÃa comercialâ€, añadió en declaraciones realizadas al sitio informativo de la Fauba (SLT).
En los últimos 25 años el equipo de investigación liderado por Cantet evaluó genéticamente a unos 450.000 toros Brangus y 290.000 Braford, además de otros 10.000 repartidos entre Limousin, Brahman y los reproductores de la prueba del CREA Cabañas.
“En estos momentos me preocupa mucho que nuestro paÃs carezca de mecanismos regulatorios en cuanto a polÃticas de importación, ya sea de animales o de genética. Un ejemplo clave es el sector lechero, donde se deberÃa proteger y estimular el crecimiento de la genética nacionalâ€, aseguró Cantet.
El 95% del semen lechero que se emplea en rodeos lecheros argentinos proviene fundamentalmente de EE.UU y Canadá (y en menor medida de Europa y OceanÃa). “La Argentina gasta entre 50 y 100 millones de dólares por año para comprar ese semen. En general, el material genético es bueno, pero por supuesto que también viene basuraâ€, puntualizó Cantet.