Tipo de cambio indecididamente bajo: que la Playa de Mayo explote todos los dÃas de productores regionales en problemas
Un problema que no se resuelve con polÃticas graduales.
Uno. El 8 de agosto pasado el presidente Mauricio Macri inaugura una nueva sucursal de la cadena de supermercados Coto junto al propietario de esa compañÃa, Alfredo Coto, quien en sus locales ofrece una manzanas chilenas riquÃsimas a un valor de 39,9 $/kg. Mucha gente se enoja. ¿Cómo puede ser que importemos manzanas si nosotros somos los mejores, los campeones del mundo, en la producción de frutas?
Dos. En el primer semestre de este año las exportaciones chilenas de frutas sumaron 3228 millones de dólares. Se trata de una cifra que supera en un 85% a las exportaciones argentinas de poroto de soja registradas en el mismo perÃodo. ¿Cómo hacen los chilenos para tener tanta suerte?
Tres. Cristina Fernández de Kirchner, máxima responsable del quebranto que vienen registrando las “economÃas regionales†desde 2011 a la fecha (y también del bloqueo comercial frutÃcola aplicado por Brasil el año pasado) se escandaliza al ver gente haciendo cola en la Plaza de Mayo para recibir fruta gratis.
Los productores frutÃcolas patagónicos regalaron hoy miles de peras y manzanas a porteños a modo de protesta. Mañana podrÃan estar los citrÃcolas. Pasado los tamberos. Luego los olivÃcolas. Los apicultores. Los frigorÃficos bovinos exportadores. Los productores de porcinos. Y asà podrÃamos tener una movilización productiva por dÃa hasta Navidad.
Cuando se observan tantos sectores con el mismo inconveniente, está claro que el problema no reside en las empresas agroindustriales, sino en un factor que las atraviesa a todas: un crecimiento desmedido de los costos que supera a los ingresos.
El origen del problema es la inflación galopante generada por el régimen kirchnerista, la cual, si bien intentó ocultarse destruyendo al Indec, terminó generando un tipo de cambio indecididamente bajo, es decir, un tipo de cambio que empobrece tanto a empresarios como trabajadores.
El Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM) calculado por el BCRA –un indicador clave para medir la competitividad del sector exportador– se encuentra actualmente en torno a 90 (una cifra similar a la registrada a fines de 2014).
Para que la maquinaria exportadora se ponga en marcha –tal como sucedió durante el primer lustro de la década pasada– se requiere un TCRM superior a 140. Y eso se logra de dos maneras: planchando rápidamente la inflación en un dÃgito (algo difÃcil por la inflación inercial heredada del descalabro económico instrumentado adrede por el régimen kirchnerista) o subiendo bastante el tipo de cambio nominal al tiempo que se va enfriando al inflación (viable si existe la decisión polÃtica de llevarlo a cabo).
Las recetas económicas gradualistas del gobierno macrista son tan poco efectivas para resolver los problemas como las acusaciones de los productores destinadas a los supermercadistas angurrientos. Ambas actitudes parten de un diagnóstico ingenuo de la situación.
Argentina fue esquilmada durante más de una década por un ejército de ocupación. Y tiene que encarar una reconstrucción completa. Pero con sus propios medios. Sin la ayuda de un Plan Marshall. Creer que algo asà es posible solamente con buena onda es trabajar para un pronto recambio polÃtico.
Ezequiel Tambornini