Receta infalible para terminar con el déficit comercial: pedirle a un millón de chinos que visiten la Argentina
Hoy se reunió Mauricio Macri con su par chino Xi Jinping.
Argentina tiene un problema: viene registrando desde 2008 un déficit comercial creciente con China. En los primeros siete meses de este año el mismo fue de 3125 millones de dólares. Se estima que superará los 5000 M/u$s en 2016.
Es entendible que una nación como la Argentina tenga déficit comercial con EE.UU. o Europa, porque ambos, además de tecnologÃa, son grandes productores de alimentos.
Pero ser un paÃs productor de alimentos y tener déficit comercial con la nación que es la mayor importadora de alimentos del mundo es una evidencia irrefutable del fracaso argentino.
La única manera de solucionar semejante descalabro es negociar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China para permitir el ingreso sin impuestos ni barreras para-arancelarias de alimentos con elevado empleo agregado. De lo contrario seguiremos siendo una mera factorÃa de soja para los chinos.
El principal obstáculo para establecer un TLC con China no está en China, sino en la cabeza de los argentinos, quienes, para lograr esa meta, deberÃan despertarse para terminar de entender que vivir en una economÃa cerrada no es una condición necesaria para proteger empleos, sino para resguardar la renta extraordinaria de unos pocos millonarios dedicados a ensamblar electrodomésticos, artÃculos digitales o automóviles, además de producir indumentaria a valores estratosféricos.
Si cerrar la economÃa fuese una receta infalible, Argentina serÃa hace años una economÃa de pleno empleo. Y no una máquina de generar mano de obra barata para narcotraficantes. Tampoco serÃa necesario combatir a las mafias de la Aduana –ni de arriesgarse a investigarlas o denunciarlas– porque no habrÃa incentivos, creados por el Estado, para que las mismas aparezcan.
El ejército de ocupación kirchnerista, lejos de promover un mayor valor agregado agroindustrial, reprimarizó la relación económica con China. Hasta llegó a regalar un pedazo de territorio argentino para instalar una base militar china (algo que afortunadamente pudo ser revertido este año por la canciller Susana Malcorra).
Esta mañana el presidente Mauricio Macri se reunió con su par de China, Xi Jinping, para –según indica el comunicado oficial argentino– intentar “ir hacia un equilibrio en la balanza mercantil a través de la exportación de productos con valor agregado y de un mayor flujo de turistas de esa nación a la Argentinaâ€.
Para lograr eso el plan estratégico consiste en que los ciudadanos chinos con visa para ingresar a EE.UU. o la Unión Europea puedan entrar sin restricciones a la Argentina. El objetivo: que un millón de turistas chinos por año dejen sus yuanes en el paÃs.
“Hay que hacer promoción para que elijan a la Argentina como destino; siendo un paÃs tan hospitalario, no veo descabellado alcanzar la cifra de un millón de turistasâ€, dijo con la mejor onda –según el comunicado argentino– el presidente chino.
Macri además le propuso a Xi Jinping que la oficina regional de la agencia fitosanitaria china (AQSIQ) se instale en la Argentina para que hacer “muchos más ágiles los controles y las aprobaciones de nuestros productos (agropecuarios)â€.
El resumen de la reunión entre Macri y Xi Jinping publicado por el diario China Daily –medio de difusión internacional del gobierno central chino– es mucho más escueto: dice que Xi aseguró que ambas naciones “deberÃan implementar una mayor cooperación en proyectos de ferrocarriles, energÃa hidráulica, turismo, fútbol e intercambios gubernamentalesâ€. Nada más.
Para poder terminar con la vergüenza del déficit comercial chino se va a necesitar bastante más que buenas intenciones.
“No buscamos superávit, es una situación momentánea que esperamos ir corrigiendo y nosotros queremos más productos argentinos en el mercado chinoâ€, dijo Xi Jinping a Macri durante el encuentro. “Espero que el año que viene podamos recibirlo formalmente en la primera visita de Estado y avanzar en las relaciones de nuestros paÃsesâ€.
Traducido: no necesitamos los dólares de una pequeña nación que queda en los confines del orbe. Si quieren vendernos más alimentos, adelante, pero hagan su parte. Póngase a laburar. Acá nada es gratis.
Ezequiel Tambornini