El gobierno uruguayo fijó un “dressing máximo†para evitar que los frigorÃficos perjudiquen a los productores con recortes excesivos de la res
La medida se instrumentó por medio de un decreto de Tabaré Vázquez.
La comercialización de hacienda tiene tres componentes: precio, plazo de pago y rendimiento. Este último es un aspecto controvertido porque los productores suelen considerar que los frigorÃficos aplican recortes excesivos que luego terminan recortando la liquidación final.
Para reducir la asimetrÃa informativa (son pocos los productores que participan del proceso de faena de su hacienda) el Instituto Nacional de Carnes de Uruguay (Inac) publica semanalmente un informe con el rendimiento cárnico promedio de los novillos y vacas ingresadas –desagregado por frigorÃfico– tanto en tercera (pre dressing) como en cuarta balanza (post dressing), de manera tal que los ganaderos orientales pueden hacer un seguimiento de aquellas industrias que aplican mayores “recortes†a las medias reses.
Pero ahora el gobierno uruguayo decidió dar un paso más en defensa de los intereses de los ganaderos: exigirá que las plantas frigorÃficas implementen –con un cronograma escalonado que vence en agosto de 2018– un sistema automatizado de tipificación de reses bovinas (que se integrará al vigente Sistema Electrónico de Información de la Industria Cárnica).
La medida –instrumentada por un decreto firmado por el presidente Tabaré Vázquez– también dispone que a partir de enero de 2017 el Inac se encargará de fiscalizar un “dressing máximo†en lo relativo al retiro de la res de grasa escrotal, entrepierna, zona precrural, rabo, grasa del canal pelviano, grasa de riñonada, médula espinal y grasa de pecho, entre otros sectores.
“El Instituto Nacional de Carnes de Uruguay desarrollará los instrumentos y planes de comunicación para los distintos actores a los efectos de ilustrar sobre los alcances de esta norma y su relación con la calidad de las canales (reses) de forma de contribuir a una correcta interpretación de la información disponibleâ€, indica el decreto presidencial.
En la Argentina la normativa vigente en la materia está bastante desactualizada (fue fijada hace décadas por la ex Junta Nacional de Carnes). En ese marco, algunas industrias aplican un desgrase a fondo que supera las indicaciones establecidas y no es controlado por ningún organismo oficial.