Vacaciones de lujo para (casi) todos: el déficit turÃstico argentino acumula un nuevo récord de 7100 M/u$s
Despilfarro de recursos generado por la apreciación cambiaria.
La progresiva apreciación del tipo de cambio sigue operando como un subsidio indirecto del turismo internacional que, lejos de contribuir a generar empleos genuinos en el territorio argentino, constituye un despilfarro enorme de recursos.
En octubre de este año se registraron salidas de divisas por 692 y 186 M/u$s en concepto de los rubros “turismo y viajes†y “servicios de transporte de pasajeros†respectivamente, mientras que el ingreso de divisas por esos mismos conceptos fue de apenas 108 y 2 M/u$s, según los últimos datos del Mercado Único y Libre de Cambios publicados por el Banco Central (BCRA). Es decir: el mes pasado se registró un déficit turÃstico de 768 M/u$s.
El dato es que en los primeros diez meses de 2016 el déficit turÃstico acumuló 7117 millones de dólares versus 6918 M/u$s en el mismo perÃodo del año pasado.
Para tener una magnitud del déficit turÃstico vale mencionar que las divisas generadas en enero-octubre de 2016 por las exportaciones de alimentos y bebidas suman 6091 M/u$s.
La polÃtica macroeconómica instrumentada por el equipo macrista no logró –o no quiso– resolver la apreciación del tipo de cambio real que venÃa de arrastre del último tramo del (des) gobierno kirchnerista. El resultado: los argentinos con mayores ingresos siguen aprovechando el dólar barato para viajar a otras naciones del mundo al tiempo que para los turistas extranjeros seguimos siendo un destino caro (a pesar de los extraordinarios activos turÃsticos culturales y naturales presentes en territorio argentino).
El turismo receptivo es un factor clave para desarrollar la cadena de valor de la agroindustria argentina, porque los visitantes extranjeros, además de aportar divisas, luego se convierten en embajadores de productos argentinos (como las clásicas empanadas). Pero es casi imposible desarrollar esa actividad con un tipo de cambio real sobrevaluado.
El Tipo de Cambio Real Multilateral de la Argentina –que mide la competitividad cambiaria– sigue en niveles muy lejanos a los presentes en el perÃodo 2002/2008, en el cual las exportaciones agroindustriales registraron un dinamismo extraordinario.