Viva el modelo de sustitución de importaciones: comenzó a regir el subsidio indirecto para la industria ensambladora de automóviles
Se publicó la reglamentación de la Ley 27.263
La súper-protección arancelaria del 35% vigente hace décadas logró encarecer significativamente el precio de los vehículos para los consumidores argentinos. Potenció la salida de divisas (en los diez primeros meses de este año el déficit cambiario del sector automotriz supera ya los 5800 M/u$s). Pero no consiguió desarrollar una industria propia.
Para intentar que las plantas de ensamblaje de vehículos incorporen un mayor componente de autopartes nacionales, en julio pasado el Congreso argentino aprobó la Ley 27.263, por medio de la cual se instrumentan una serie de subsidios indirectos destinados al sector automotriz.
La iniciativa, que comenzó a regir de manera efectiva esta semana a partir de la publicación de su reglamentación en el Boletín Oficial, dispone que las compañías automotrices puedan obtener un bono fiscal en caso de producir automóviles y utilitarios con un mínimo de autopartes argentinas del 30%, mientras que en el caso de camiones y ómnibus la base es de 25%.
El bono fiscal, que podrá emplearse para pagar impuestos nacionales, tendrá un monto equivalente a un porcentaje variable del 4% al 15% del valor neto de salida de fábrica de las autopartes nacionales (el cual se calcula neto de IVA, gastos financieros, flete, seguros, descuentos y bonificaciones).
El régimen tiene además incorporado una suerte de “seguro cambiario”, dado que establece que, para calcular el monto del bono fiscal, se tomará “el valor de la factura a la cotización del dólar billete para la venta del banco nación del mismo día de la factura”.
El modelo básico cero kilómetro Ford Ranger XLT 4×4 con motor 3.2 litros, que en Chile se puede adquirir a un valor de 37.200 dólares, en la Argentina tiene un precio equivalente de 44.600 dólares.