Argentina insólita: la balanza cambiaria del sector turÃstico acumula un déficit récord de casi 7800 M/u$s
Datos oficiales de los primeros nueve meses de 2016.
La progresiva apreciación del tipo de cambio sigue operando como un subsidio turÃstico indirecto que impulsa a los argentinos con mayor poder adquisitivo a viajar al exterior.
En noviembre pasado se registraron salidas de divisas por 684 y 197 M/u$s en concepto de los rubros “turismo y viajes†y “servicios de transporte de pasajeros†respectivamente, mientras que el ingreso de divisas por esos mismos conceptos fue de apenas 201 y 3 M/u$s, según los últimos datos del Mercado Único y Libre de Cambios publicados por el Banco Central (BCRA). Es decir: el mes pasado se registró un déficit turÃstico de 677 M/u$s.
El dato es que en los primeros once meses de 2016 el déficit turÃstico acumuló 7794 millones de dólares versus 7742 M/u$s en el mismo perÃodo del año pasado.
En el mismo perÃodo de 2006 (enero-noviembre) la balanza cambiaria del sector turÃstico era superavitaria en 954 M/u$s gracias a un Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM) óptimo para redireccionar recursos hacia la economÃa interna.
Al 15 de diciembre pasado el TCRM, medido por el BCRA, se encontraba en un nivel de 87,8. Se trata de una cifra superior a la vigente un año atrás (71,7), pero inferior a la de la misma fecha de dos y tres años atrás (90,6 y 98,5 respectivamente). El 15 de diciembre de 2006 era de 159,9.
La polÃtica macroeconómica instrumentada por el equipo macrista no logró –o no quiso– resolver la apreciación del tipo de cambio real que venÃa de arrastre del último tramo del (des) gobierno kirchnerista. El resultado: los argentinos con mayores ingresos siguen aprovechando el dólar barato para viajar a otras naciones del mundo al tiempo que para los turistas extranjeros seguimos siendo un destino caro (a pesar de los extraordinarios activos turÃsticos culturales y naturales presentes en territorio argentino).
El turismo receptivo es un factor clave para desarrollar la cadena de valor de la agroindustria argentina, porque los visitantes extranjeros, además de aportar divisas, luego se convierten en embajadores de productos argentinos (como las clásicas empanadas). Pero es casi imposible desarrollar esa actividad con un tipo de cambio real sobrevaluado.