El año pasado la industria se hizo cargo de la falta de competitividad ganadera: ahora llegó el turno de los productores
Cambio de escenario.
Durante la mayor parte del año pasado la rentabilidad del negocio ganadero fue buena. Pero los frigorÃficos, tanto consumeros como exportadores, registraron quebrantos. Este año –aparentemente– serán los productores los que deberán soportar la mayor parte de la falta de competitividad sectorial.
El Ãndice Novillo Mercado de Liniers (INML) terminó hoy viernes en 24,5 pesos, un valor nominal apenas 3,7% superior al del mismo dÃa del año anterior. En términos reales –considerando una inflación anual del 38,8% según el IPC San Luis– representa una auténtico derrumbe.
El planchazo del precio local de la hacienda combinado con un leve repunto de tipo de cambio nominal está haciendo que el valor del novillo argentino, medido en dólares, se equipare con respecto a los niveles presentes en los demás paÃses vecinos (y competidores) del Mercosur (ver gráfico).
“La convergencia con los precios regionales se esta dando vÃa ajuste de precios de la hacienda local mas que por la suba de precios de la hacienda de los paÃses vecinosâ€, explica Juan Manuel Garzón, investigador especializado en agro y economÃas regionales del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral)
“A estos precios internos más bajos de hacienda, la industria vuelve a tener márgenes más razonables para exportar a mercados de ingresos medios y medios-bajos; el interrogante es si a estos nuevos precios la actividad ganadera sigue siendo atractivaâ€, añade el economista.
El proceso de retención de vientres iniciado en 2014, combinado con los desastres climáticos ocurridos en el otoño de 2016, redujeron la oferta disponible de carne en el mercado argentino. Eso provocó un veranito de precios de la hacienda que llegó a promover un máximo anual del INML de 31,2 pesos el 12 de mayo del año pasado. Pero ese veranito se esfumó a partir de diciembre del año pasado.
Los principales factores que inciden en los precios de la hacienda son el (crecientemente pauperizado) poder adquisitivo del consumidor argentino (principal consumidor, por lejos, del producto), la presión impositiva vigente sobre el sector industrial (y también consumidor) y el tipo de cambio real demasiado bajo para la exportación en función de la estructura de costos local.
El gobierno nacional instrumentará este año reintegros a las exportaciones de cortes bovinos en un rango de 2,5% a 4,0% –según tipo de producto– y del 2,5% a 3,0% para menudencias bovinas, con el propósito de compensar parte del atraso cambiario que atenta contra la competitividad el sector.
ArtÃculo relacionado