Operación Carne Débil: un error de comunicación que puede costarle a Brasil pérdidas por miles de millones de dólares
Fallo grave de autoridades judiciales que perjudica a la economía del principal socio del Mercosur.
Un error de comunicación cometido por la Policía Judicial de Brasil (denominada Policia Federal o por sus siglas PF en el país vecino) puede costarle al principal socio del Mercosur pérdidas de cientos millones de dólares y miles de empleos.
El viernes pasado funcionarios de la PF realizaron en la sede regional del estado de Paraná de ese organismo (localizada en Curitiba) una conferencia de prensa en la cual se indicó que la operación “Carne Débil” comprende a veintiún empresas –dos de las cuales son las corporaciones globales BRF y JBS– para luego señalar que se registraron indicios de alimentos adulterados a causa de una inadecuada fiscalización por parte de agentes sanitarios públicos.
Pero, al no especificar en qué unidades de qué compañías se detectaron los casos de alimentos adulterados, la noticia provocó una alarma generalizada de alcance global sobre los productos elaborados por todas las empresas involucradas.
“La corrupción y la promiscuidad que mostraban los inspectores sanitarios regionales del Ministerio de Agricultura no se establecía necesariamente con el propósito de comercializar carne en mal estado. Como demostraron las pruebas obtenidas de intercepciones telefónicas, la intención de los frigoríficos (involucrados en el pago de coimas) era agilizar la emisión de certificados sanitarios”, señala un artículo publicado por la revista brasileña Época.
Hasta el momento las autoridades del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil (MAPA por sus siglas en portugués) intervinieron preventivamente sólo tres plantas frigoríficas que forman parte de la investigación. Se trata de una unidad avícola de BRF en Mineiros y otras dos plantas de Peccin Agro Industrial (una empresa mediana que no exporta) en las ciudades de Curitiba y Jaraguá do Sul. La producción en esas tres unidades fue paralizada y los productos presentes en las mismas fueron decomisados.
En los restantes dieciocho frigoríficos –que se encuentra todos en el estado de Paraná– el ministro de Agricultura brasileño, Blairo Maggi, ordenó asignar equipos de auditorías para verificar eventuales irregularidades. “Dentro de las acciones de fiscalización se incluyen colecta de muestras para ser analizados en laboratorios del MAPA, con especial atención de los productos comprendidos en la investigación judicial”, indicó un comunicado oficial.
Las autoridades de MAPA además debieron salir a desmentir ciertas imprecisiones técnicas contenidas en la denuncia de la PF, como, por ejemplo, que se detectó el uso de cabezas de cerdos en la elaboración de productos cárnicos, algo que, si bien está permitido en la mayor parte de las naciones cárnicas, fue anunciado por los agentes de la PF como una práctica indebida de las industrias involucradas en la investigación.
La cuestión es que, luego del anuncio de la PF, China, Corea del Sur, la Unión Europea y Chile anunciaron la suspensión preventiva de las importaciones brasileñas de productos cárnicos, lo que constituye un auténtico problema, tanto logístico como financiera y económico, para la cadena de valor cárnica brasileña (que es una de las más importantes del mundo).
Maggi dijo que, si las suspensiones temporarias finalmente se transforman en cierres de mercados, el daño será enorme. “Una vez que se cierra un mercado, para reabrirlo se requieren muchos años de trabajo. Nuestra preocupación en este momento es no dejar sin respuesta a todos los pedidos de información que estamos recibiendo del mercado internacional”, señaló el ministro brasileño en declaraciones publicadas por el sitio oficial Agencia Brasil.
En 2016, según datos de MAPA, el complejo exportador cárnico brasileño generó divisas por 14.211 millones de dólares, de los cuales la mayor parte corresponde a productos avícolas (6760 M/u$s) y bovina (5795 M/u$s).brf