Viajes para (casi) todos: el déficit cambiario del sector turÃstico alcanzó un nuevo récord al superar los 3800 M/u$s
El atraso cambiario además desincentiva el turismo receptivo.
La progresiva apreciación del tipo de cambio sigue operando como un subsidio turÃstico indirecto que impulsa a los argentinos con mayor poder adquisitivo a viajar al exterior.
En el primer cuatrimestre de este año se registraron salidas de divisas por 3982 y 562 M/u$s en concepto de los rubros “turismo y viajes†y “servicios de transporte de pasajeros†respectivamente, mientras que el ingreso de divisas por esos mismos conceptos fue de apenas 688 y 10 M/u$s, según los últimos datos del Mercado Único y Libre de Cambios publicados por el Banco Central (BCRA).
Es decir: en enero-abril la balanza cambiaria del sector turÃstico registró un déficit de 3846 M/u$s, una cifra 34% superior al déficit del mismo perÃodo de 2016 (2865 M/u$s). El año 2016 habÃa cerrado con déficit turÃstico cambiario acumulado récord de 8539 M/u$s. Y al ritmo actual en 2017 seguramente se superará esa cifra.
Datos del Indec confirman la sangrÃa de divisas promovida en el sector turÃstico por el dólar barato: en enero-marzo pasado las salidas de turistas argentinos por el Aeropuerto de Ezeiza y el Aeroparque Jorge Newbery fue de 1.022.400, una cifra 12,5% superior a la registrada en el mismo perÃodo de 2016. Los ingresos por ambas vÃas de turistas extranjeros, en cambio, fueron de 605.200 (+2,4%).
El TCRM, medido por el BCRA, se encuentra actualmente en un nivel de 85,4. Se trata de una cifra inferior a la vigente un año atrás (89,1), pero similar a la de la misma fecha de dos años atrás (83,5). Tres y cuatro años atrás era de 110,1 y 101,6 respectivamente.
La polÃtica macroeconómica instrumentada por el equipo macrista no logró –o no quiso– resolver la apreciación del tipo de cambio real que venÃa de arrastre del último tramo del (des) gobierno kirchnerista. El resultado: los argentinos con mayores ingresos siguen aprovechando el dólar barato para viajar a otras naciones del mundo al tiempo que para los turistas extranjeros seguimos siendo un destino caro (a pesar de los extraordinarios activos turÃsticos culturales y naturales presentes en territorio argentino).
El turismo receptivo es un factor clave para desarrollar la cadena de valor de la agroindustria argentina, porque los visitantes extranjeros, además de aportar divisas, luego se convierten en embajadores de productos argentinos (como las empanadas de carne, el vino Malbec o el dulce de leche). Pero es casi imposible desarrollar esa actividad con un tipo de cambio real sobreapreciado.