Inflación agregada: un kilo de hamburguesas ya cuesta 26% más que uno de cuadril
La distancia entre ambos alimentos se incrementó en siete puntos en el último año.
En una economía enferma de inflación crónica avanzar en la cadena de valor implica, en muchas situaciones, perder competitividad porque la agregación de costos termina ahogando a las empresas.
Un ejemplo de esa dinámica es el valor promedio del cuadril relevado por el Indec en la ciudad de Buenos Aires, que en mayo pasado subió 21,0% respecto del mismo mes de 2016, mientras que el paquete de cuatro hamburguesas creció 28,3% en ese mismo período.
En mayo pasado las hamburguesas registraron –según el Indec– un precio minorista de 186,2 $/kg versus 147,8 $/kg el cuadril. La distancia entre ambos alimentos se ubicó en 26,0%, mientras que un año atrás la misma era de 18,8% (con un valor de la hamburguesa de 145,0 $/kg contra 122,1 $/kg el cuadril).
Vale recordar que cada paquete de cuatro hamburguesas cuenta con un peso de 320 gramos, de los cuales 56 están integrados con grasa bovina, mientras que el porcentaje de grasa en un bife de cuadril nunca supera el 5%.
El crecimiento de los costos asociados al procesamiento de la carne, confección de medallones, envases, impresiones y (eventualmente) publicidad tornan poco competitivos a los alimentos con mayor empleo agregado respecto de los que tienen una menor elaboración.
El proceso de “comoditización”, además de constituir una estrategia de defensa contra procesos inflacionarios, en algunas ocasiones además contribuye a promover la oferta de alimentos saludables.