Cambio climático: en la segunda mitad del siglo podrÃamos llegar a ver rodeos con sangre Ãndica en el norte de la zona pampeana
Proyecciones realizadas por los climatólogos Vicente Barros e Inés Camilloni.
En los próximos 25 años el calentamiento promedio en la región pampeana está previsto entre 0,5 y 1,0 °C. En ese marco se proyecta una reducción de los dÃas con heladas en el año al tiempo que aumentarán las olas de calor. En el mediano plazo –hacia 2040– no se prevé un cambio sustancial de la precipitación media anual en la zona pampeana (aunque sà en la distribución de las lluvias).
Los cambios importantes podrÃan esperarse recién en la segunda mitad del siglo, cuando la isoterma de 26 °C durante el mes más cálido se desplace hacia el sur y el sudoeste del paÃs y comencemos a ver rodeos con sangre de razas Ãndicas en los campos ganaderos localizados en el norte de la zona pampeana.
Asà lo indican los climatólogos Vicente Barros e Inés Camilloni en el libro  “La Argentina y el cambio climático. De la fÃsica a la polÃtica†publicado recientemente por Eudeba.
En el norte del paÃs se espera hacia 2040 que la temperatura aumente entre 0,5 y 1,0 °C, lo que promoverÃa la evaporación en un escenario en el cual no se prevén cambios importantes en el régimen de precipitación. Esa tendencia –señalan los autores– deberÃa ser motivo de alarma en el caso del Gran Chaco, donde es probable que aumente el estrés hÃdrico sobre la vegetación y se evolucione hacia un escenario de mayor aridez. Diferentes modelos proyectan que en la zona el número de dÃas con olas de calor tenderá a aumentar y que las precipitaciones intensas serÃan cada vez más frecuentes.
La zona conformada por las provincias de Salta, Jujuy, Catamarca y La Rioja es la región argentina que más se ha calentado en el perÃodo comprendido entre 1950 y 2010 (un aumento que fue de más de 0,5 °C en forma persistente y con muy pocas variaciones interdecadales). Los escenarios climáticos para esa región muestran que la tendencia de calentamiento se acelerará de manera progresiva con aumentos importantÃsimos para fin de siglo que van desde 3,5 °C en La Rioja hasta casi 7 °C hacia el norte en la región de la Puna; serÃa, según los escenarios modelizados, una de las regiones de mayor calentamiento en el mundo
Esos cambios climáticos podrÃan ir configurando un escenario de progresivo estrés hÃdrico con impactos moderados sobre los ecosistemas naturales en el futuro cercano, pero, hacia fin de siglo, los fuertes aumentos de temperatura podrÃan llegar a comprometer los actuales ecosistemas. Los humedales altoandinos y de la Puna tenderÃan a la reducción de su tamaño, a la fragmentación y a la salinización
Por otra parte, los mayorÃa de los modelos climáticos globales en los diferentes escenarios de emisiones proyectan un descenso de las precipitaciones sobre la cordillera cuyana para el resto del presente siglo. Con mayores temperaturas previstas en la zona –señala la obra de Barros y Camilloni– aumentarÃa la evapotranspiración de los cultivos y se incrementará la demanda regional de agua.
Otro cambio importante proyectado por los modelos climático en la zona es la reducción y, en algunos casos, la desaparición progresiva de los glaciares por el ascenso de la isoterma de 0 °C y por la reducción de las precipitaciones. El actual sistema de producción agrÃcola de Cuyo, basado en el riego con el agua superficial o subterránea que proviene de la Cordillera, se tornará cada vez más vulnerable y hasta probablemente, en algunas cuencas sin adecuadas medidas de adaptación, próximo a ser inviable en unas pocas décadas.
En el valle del RÃo Negro el uso consumptivo actual del agua es menor a 80 metros cúbicos por segundo, mientras que el caudal de ese rÃo es del orden de 1000 metros cúbicos por segundo; aún suponiendo un escenario –muy poco probable– de una reducción del caudal de un 50% y otro también poco probable de expansión agrÃcola en el que se pasara a irrigar toda la superficie del valle con potencial agrÃcola, triplicando la superficie actual, y considerando la mayor evapotranspiración por el aumento de la temperatura, se estarÃa todavÃa muy lejos de una situación lÃmite.