Gracias a la soja Argentina tiene un empleo en el mundo: 30,5% de las divisas comerciales dependen de la oleaginosa
Datos de los primeros cinco meses de 2017.
En los últimos dos años la generación genuina de divisas en la economÃa argentina se hizo crecientemente dependiente de los productos exportados por el complejo agroindustrial sojero.
En los primeros cinco meses de este año la participación de las exportaciones de poroto, harina y aceite de soja, junto con el biodiesel (biocombustible elaborado en base a aceite de soja), fue del 30,5 % de las ventas externas totales del perÃodo versus 30,0% y 27,4% en enero-mayo de 2016 y 2015 respectivamente, según datos publicados por el Indec.
El precio FOB promedio del poroto de soja en los primeros cinco meses de 2017 –según datos aduaneros– fue de 369 u$s/tonelada versus 339 y 369 u$s/tonelada en el mismo perÃodo de 2016 y 2015.
El crecimiento de la participación sojera en la matriz exportadora argentina es, por un lado, una buena noticia, porque implica que, ante una situación desfavorable para los exportadores –fundamentalmente por la sobreapreciación cambiaria– el paÃs cuenta con una gama de productos muy competitivos que tienen alta demanda mundial. Pero, por otra parte, es una señal de la falta de eficiencia presente en la mayor parte de las cadenas de valor argentinas.
Una muestra del potencial argentino inexplotado es comparar lo que sucede en Chile, una nación que, con un territorio diminuto comparado con el de sus vecinos, en los primeros cinco meses de 2017 logró exportar –según datos oficiales del Direcon– frutas por 2786 millones de dólares, mientras que la Argentina, por ese mismo concepto, apenas logró generar 379 M/u$s en el perÃodo.
Otro dato. Las exportaciones chilenas de salmón en los primeros cinco meses de este año generaron 1835 millones de dólares, una cifra 470% más elevada que la correspondiente a las ventas externas de carne bovina argentina del perÃodo.
En enero-mayo de 2017, siempre según datos del Indec, Argentina registró un déficit comercial de 1863 millones de dólares con todas las naciones del mundo. La cuestión es que en el perÃodo el déficit registrado con China fue de 2411 M/u$s, una cifra enorme (y ridÃcula) si se tiene en cuenta que la nación asiática es una economÃa complementaria a la argentina (porque importa volúmenes gigantescos de alimentos al tiempo que ofrece tecnologÃa e insumos industriales a precios competitivos).
En enero-mayo de este año la mayor parte de las divisas comerciales fueron aportadas por la harina de soja al generar una suma de 3995 millones de dólares versus 3767 M/u$s en el mismo perÃodo de 2016. Se trata de un producto vendido fundamentalmente en mercados asiáticos, europeos e islámicos que se emplea para alimentar a animales destinados a consumo (aves, porcinos y bovinos).
En segundo lugar en importancia se ubican las ventas externas de aceite de soja con 1567 M/u$s, que se envÃan mayoritariamente a India (China bloqueo el ingreso del producto argentino desde el año pasado). Parte del aceite se destina a elaborar biodiesel, el cual, además de consumirse localmente y exportarse mayoritariamente a EE.UU., permite incrementar el valor FOB del aceite al reducir la oferta disponible del commodity agrÃcola. Por último, el grueso de las ventas de poroto de soja (1007 M/u$s) se colocan en China.