Las empresas deberán seguir profundizando el ajuste si el Estado no reduce el gasto público: olvídense de las inversiones
Perspectiva económica según la consultora Economía & Regiones.
Si no se inicia un proceso de reducción del gasto público el sobredimensionado del Estado argentino seguirá espantando inversiones en el sector privado para profundizar el estancamiento económico.
“En la Argentina el proceso de crecimiento está abortado porque en nuestro país se invierte menos de lo necesario y lo que se invierte se invierte mal”, indicó el último informe económico elaborado por la consultora Economía & Regiones.
“En 2004-2008, con un Estado menor que no ahogaba al sector privado, las firmas invirtieron más y mejor, propiciando aumentos relativos del stock de capital y de la productividad. La economía creció, la capacidad de producción aumentó y se generó empleo con mejoras salariales”, explicó el informe.
“Por el contrario, a partir de 2009 comenzó a tener lugar un creciente sobredimensionamiento del sector público que ahogó en forma progresiva al sector privado, impactando negativamente sobre los niveles de inversión y el crecimiento. La inversión privada, que es más productiva, cayó y fue sustituida por gasto público, que es ineficiente y de baja calidad, lo cual terminó desplomando la productividad y retrotrayendo la capacidad de crecimiento y el PBI potencial. En este escenario, el PBI se estancó, se dejó de crear empleo privado y en consecuencia el poder adquisitivo del salario sólo pudo caer”, añadió.
El sobredimensionamiento del Estado es la principal explicación detrás de la falta de crecimiento económico. “De hecho, de no haber estallado el tamaño del Estado y no haberse provocado el desborde fiscal en el cual se encuentra actualmente nuestra economía, el ahorro nacional rondaría 22% del PBI, ubicándose en línea con el promedio de la región (+22%)”, apuntó.
El impacto negativo sobre el crecimiento se observa en el estancamiento económico que se experimenta hace seis años: aún cuando durante los años impares (2011, 2013, 2015 y 2017) se logran variaciones positivas del PBI inflando artificialmente la demanda agregada con políticas expansivas, en los años no electorales (2012, 2014, 2016 y ¿2018?) la falta de sustentabilidad de ese proceso se evidencia con un ajuste de la economía.
“Si no hay crecimiento por poca y mala inversión, tampoco hay generación de puestos de trabajo genuinos. En este sentido, una simulación contra fáctica permite estimar que sin el desborde fiscal que erosionó el ahorro nacional, los niveles de inversión habrían sido los necesarios para que la economía continuara creciendo en línea con una tendencia de +3,4% promedio anual”, señaló el informe.
“En este escenario potencial, el producto (PBI) habría cerrado un 25% por encima de su nivel efectivamente observado. Esa pérdida de crecimiento por la sobredimensión del Estado, caída del ahorro y de la inversión tuvo un costo de 737.700 puestos de trabajo privados registrados que se dejaron de crear entre 2008 y 2016”, añadió.
“Si luego de las elecciones (de octubre próximo) se percibe un cambio de fondo y un achicamiento creíble y sostenible del Estado a lo largo del tiempo, las chances de crecer en forma sostenida aumentan. En este sentido, se necesitan señales concretas de reducción del gasto, de la presión tributaria y del déficit. Por el contrario, si nada de esto último se vislumbra, dichas chances se terminan esfumando”, concluyó.