Volvió a pesificarse la matriz comercial del aceite de girasol argentino con la desaparición de la demanda china
El mercado local absorbe la mayor parte de la producción.
El régimen kirchnerista transformó al girasol en un cultivo pesificado al restarle tanta competitividad que terminó licuando su participación en el mercado internacional (favoreciendo a Ucrania y Rusia).
La eliminación de los derechos de exportación sobre el aceite (30%) y la semilla (32%) de girasol, instrumentada por el gobierno macrista a partir de diciembre de 2015, logró resucitar a la oleaginosa.
En el primer semestre de 2016 –según datos oficiales publicados por Minagro– el mercado externo absorbió casi el 60% de la producción local de aceite de girasol del perÃodo versus apenas 36% en el mismo perÃodo de 2015.
La mayor parte de los embarques realizados en los primeros seis meses del año pasado se destinaron a China (el tercer importador mundial del producto detrás de India y Europa). El alza del tipo de cambio (producto del sinceramiento cambiario) junto con una suba de los valores FOB (que en mayo y junio se ubicaron en un promedio del orden de 800 u$s/tonelada para el aceite en bruto), impulsaron las exportaciones.
También aparecieron –luego de la eliminación de la retención del 32%– exportaciones de semilla de girasol a Europa (una medida anti-competitiva porque la EU restringe el ingreso de aceite de girasol argentino por medio de barreras para-arancelarias).
Pero en el primer semestre de este año el mercado interno volvió a ser el primer cliente del aceite de girasol con una participación del 58% (ver cuadro). Los chinos dejaron de comprar el producto argentino para priorizar importaciones rusas y ucranianas (apenas se registraron colocaciones argentinas en China por 5000 toneladas en enero-junio de este año sobre un total de 333.541 toneladas).
Además, los precios de exportación de aceite de girasol en bruto se desinflaron (fueron en promedio de 719 y 713 u$s/tonelada en mayo y junio pasado respectivamente) con un tipo de cambio que, si bien se viene ajustando mes tras mes, aún resulta insuficiente para compensar el crecimiento constantes de costos internos.
Este año, si bien se desreguló el mercado interno de aceite de girasol por medio de la desactivación del “fideicomiso aceiteroâ€, los precios minoristas del producto siguen planchados debido a que la pauperización del poder de compra de los consumidores argentinos impide subas adicionales a costa de una caÃda de la demanda.
El régimen kirchnerista en 2010 estableció un sistema de “autocompensación privada†(eufemismo para indicar que el subsidio público era afrontado por el sector agroindustrial) por medio del cual se determinaba que un 1,2% del monto de todas las exportaciones argentinas de poroto de soja y de pellets/harina de soja y de girasol pasaban a integrar un fideicomiso destinado a financiar un subsidio al precio final de los aceites comestibles de consumo interno (en el caso de los pellets/harina, el 1,2% se aplicaba sobre el volumen de ambos productos medido en equivalente grano).