Televisores gigantes, Australia y desastre climático: una semana para entender porqué Argentina a este paso no será nunca el supermercado del mundo
Tres sucesos interconectados.
Esta semana el ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Sergio Bergman, al regresar de Chile trajo dos televisores gigantes. Alguien en el aeropuerto presenció cómo despachaba los equipos y subió la imagen a Twitter para viralizarla. El funcionario dijo se trataba de una compra destinada a ser donada.
Esta semana el argentino Nicolás Lyons, quien se desempeña como coordinador de Desarrollo de Sistemas de Ordeño Automático en el Department of Primary Industries del gobierno provincial de New South Wales (Australia), ofreció una charla en la Facultad de AgronomÃa de la UBA sobre los avances tecnológicos para el sector lechero que están instrumentando en esa nación con financiamiento de los propios tamberos (a través de Dairy Australia). Alguien del público recordó que su educación habÃa sido pagada por todos los argentinos (Nicolás es egresado de la Fauba) y preguntó porqué no regresaba al paÃs. “No es una cuestión de dinero: es que allá hay más oportunidades de desarrolloâ€, respondió.
Esta semana los técnicos del Servicio Meteorológico Nacional advirtieron que vienen en camino precipitaciones torrenciales que agravarán el desastre presente en la mayor parte de la región pampeana. Sin embargo, este tema, crucial para los habitantes de la región y la economÃa argentina, no está presente en el primer puesto del ranking de la agenda del gobierno nacional, cuyos funcionarios, insistentemente, siguen buscando “brotes verdes†que, a esta altura, no quedan dudas de que se tratan de brotes hidropónicos.
El embrutecimiento generalizado de la población –que no es exclusivo de un solo estrato social, además de tratarse de un fenómeno de alcance global– contribuye a confundir las cosas para que toda discusión quede reducida a dos extremos irreconciliables, algo que, si bien puede estar muy bien para un partido de fútbol, es aberrante si se aplica a todos los órdenes de la existencia de una sociedad.
“Cuando aquà se dice que la Argentina va a ser el supermercado del mundo, los australianos no entienden a qué se refiere, porque detrás de ese concepto no existen nada concretoâ€, explicó Nicolás Lyons, quien indicó que en esa nación de OceanÃa las cuestiones estratégicas se definen en función del esquema SMART (Specific, Measurable, Achievable, Realistic and Time-bound), es decir, se establecen metas especÃficas, mensurables, alcanzables, realistas y en un plazo determinado.
La realidad es que la Argentina nunca podrá ser el supermercado del mundo mientras siga creyendo que puede seguir ensamblando televisores gigantes en su propio territorio porque una cosa no va con la otra en el mundo en el que vivimos. Nunca podrá serlo, además, si el Estado, despilfarrador serial de recursos, no se dedica a cuidar a los productores agropecuarios frente a los embates de los desastres climáticos.
Argentina tiene la suerte de contar con un gobierno republicano luego de más de una década de barbarie institucional. Pero sigue firme en la senda del proceso decadente que viene, hace décadas, fabricando legiones de pobres, desesperanza y delincuencia.
Ezequiel Tambornini