Alerta macroeconómica: el déficit de la balanza cambiaria turística alcanzó un récord de 9000 millones de dólares
En los primeros diez meses de 2017.
La progresiva apreciación del peso argentino –además de licuar los ingresos de las industrias exportadoras que generan divisas genuinas– produce una suerte de subsidio turístico que fomenta una pérdida descomunal de recursos.
En los primeros diez meses de este año se registraron salidas de divisas por 8965 y 1651 M/u$s en concepto de los rubros “turismo y viajes” y “servicios de transporte de pasajeros” respectivamente, mientras que el ingreso de divisas por esos mismos conceptos fue de apenas 1556 y 29 M/u$s, según los últimos datos del Mercado Único y Libre de Cambios publicados por el Banco Central (BCRA).
Es decir: en enero-octubre la balanza cambiaria del sector turístico registró un déficit de 9031 M/u$s, una cifra 27% y 30% superior al déficit del mismo período de 2016 y 2015 respectivamente (7117 y 6918 M/u$s).
La cantidad de turistas argentinos en EE.UU. se duplicó en apenas seis años: pasó de 436.000 en 2010 a 906.000 en 2016, según datos oficiales de US National Travel and Tourism Office. En el mismo período el gasto promedio por turista argento en EE.UU. creció un 90% al pasar de 2420 a 4601 dólares.
La cantidad de turistas brasileños que ingresaron a EE.UU. en 2016 fue de 1,69 millones, una cifra que representa el 0,8% de la población total. Ese mismo año viajó a EE.UU. el 2% de la población argentina (es decir: el año pasado Argentina exportó, en términos relativos, 155% más turistas a EE.UU. respecto de Brasil).
Otro dato: la cantidad de turistas argentinos que ingresaron a Brasil en 2016 –según datos del último anuario estadístico publicado por el Ministerio de Turismo de Brasil– fue de 2,29 millones, una cifra equivalente al 35% del total de los turistas ingresados de todos los países del mundo. El resto de los países de Sudamérica en 2016 –que en conjunto suman una población del orden de 160 millones de personas– enviaron 1,43 millones de turistas a Brasil.
La principal causa detrás de la progresiva apreciación del tipo de cambio es el crecimiento descontrolado del gasto público por parte del Estado (tanto nacional como provinciales). Y un tipo de cambio apreciado, además de impulsar a los argentinos con mayor poder adquisitivo a viajar al exterior, reduce el ingreso de turistas extranjeros al convertir al país en un destino “caro” respecto a otras naciones.
El turismo receptivo es un factor clave para desarrollar la cadena de valor de la agroindustria argentina porque los visitantes extranjeros, además de aportar divisas, luego se convierten en embajadores de productos argentinos (como las empanadas de carne, el vino Malbec o el dulce de leche). Pero es casi imposible desarrollar esa actividad con un tipo de cambio real sobreapreciado.