Para generar riqueza no existe ideologÃa: Bolsonaro quiere para Brasil lo mismo que Tabaré Vázquez para Uruguay
La posibilidad de generar integraciones comerciales con naciones complementarias.
Vivimos en un mundo en el cual los conceptos de izquierda o derecha ya no significan nada relevante. En términos económicos solamente existen dos ideologÃas: proteccionismo versus integración comercial.
Pablo Guedes, futuro ministro de EconomÃa del presidente electo Jair Bolsonaro, definió al Mercosur como una “prisión congnitiva†porque impide negociar acuerdos comerciales unilaterales con otras regiones del orbe.
Casualmente es lo mismo que viene reclamado el presidente uruguayo Tabaré Vázquez hace años (sin que hasta entonces los mayores socios del Mercosur le prestaran mayor atención). Las autoridades orientales incluso llegaron a plantear la posibilidad de saltearse el Mercosur de facto para entablar una suerte de Tratado de Libre Comercio (TLC) con China en cuotas.
A Bolsonaro se lo define como de derecha, mientras que Vázquez es un representante de la izquierda. Pero ambos quieren lo mismo: una mayor apertura comercial con naciones complementarias. Uruguay está desesperado por firmar un TLC con China para seguir los pasos de Chile. Habrá que ver cuáles son los objetivos comerciales de Guedes.
Las normas constitutivas del Mercosur impiden que los paÃses que integran el bloque –Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay– puedan negociar de manera independiente TLC con otras naciones o bloques. Si Bolsonaro decide quebrar esa barrera cognitiva para comenzar a negociar TLC de manera unilateral, Uruguay hará lo propio de manera inmediata. Y probablemente Paraguay seguirá el mismo camino.
En ese escenario, si la Argentina se mantiene como una economÃa cerrada con vecinos en proceso de integraciones comerciales, será un territorio cada vez más aislado del mundo, con todo lo que eso implica en términos tanto de destrucción de riqueza como de pauperización cultural.
La idea de base de generar un Mercosur unido para poder concretar acuerdos comerciales sólidos con otras naciones o bloques es buena en teorÃa. Pero en la práctica demostró ser muy difÃcil de implementar por las disÃmiles circunstancias polÃticas presentes de manera simultánea en los cuatro paÃses que integran el bloque.
En lo que respecta al agro argentino, el nuevo escenario plantea el riesgo potencial de perder la ventaja competitiva del Arancel Externo Común para colocar trigo, harina de trigo y lácteos en el mercado brasileño (ya sea de manera directa, por una decisión unilateral del gobierno de Bolsonaro, como indirecta a través de un cambio de favores arancelarios generado en el marco de un acuerdo comercial con EE.UU., la Unión Europea o Rusia).
La ideologÃa del “vivir con lo nuestroâ€, que pudo haber tenido algún sentido durante el ciclo posterior a la finalización de la Segunda Guerra Mundial, será cada vez más cara de sostener.
Ezequiel Tambornini
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