Desilusión: la reglamentación de la Ley de Generación Distribuida de EnergÃa Renovable dejó afuera a los emprendimientos de biogás
Se trataba de una oportunidad para transformar pasivos ambientales en una nueva fuente de ingresos para el agro.
Cientos de proyectos de transformación de biogás en energÃa eléctrica –algunos ya en fase de construcción y la mayor parte en carpeta– no podrán concretar la posibilidad de comercializar energÃa en la red público al carecer de un marco regulatorio adecuado.
La reglamentación de la Ley N° 27.424 (Régimen de Fomento a la Generación Distribuida de EnergÃa Renovable Integrada a la Red Eléctrica Pública), publicada el viernes pasado luego de una espera de diez meses, resultó estar diseñada para promover la instalación de equipos de generación distribuida –fundamentalmente paneles solares– por medio de los cuales viviendas, comercios e industrias puedan generar energÃa eléctrica para autoconsumo e inyectar los excedentes a la red de distribución.
Muchos feedlots, establecimientos avÃcolas, porcinos y tambos estabulados –entre otras empresas del rubro agropecuario– se entusiasmaron con la posibilidad de comenzar a transformar un pasivo ambiental (efluentes) en una nueva fuente de ingresos (energÃa eléctrica) a partir de la sanción, a fines del año pasado, de la Ley N° 27.424.
Los emprendimientos de biogás generados por empresas agropecuarias ahora sólo podrán participar del negocio energético por medio del programa de energÃas renovables RenovaAR, el cual acepta proyectos con una escala mÃnima de 500 kW (accesible para grandes empresas como Adecoagro).
Si bien se esperaba que la reglamentación de la Ley N° 27.424 brindase el marco regulatorio necesario para que muchas Pymes de base agropecuaria ingresaran al negocio, ahora se sabe que eso no sucederá. Los emprendimientos por realizarse o en ejecución tendrán que buscar proyectos industriales asociados que consuman la energÃa eléctrica generada o bien buscar la manera de incrementar la escala de los mismos para poder ingresar al programa RenovaAr.
Otra alternativa es realizar acuerdos comerciales con las cooperativas eléctricas locales (aunque esa posibilidad es muy limitada sin un marco regulatorio especÃfico).
El primer caso testigo al respecto –concretado en 2014– correspondió a una planta de biogás del establecimiento “La Micaela†de la localidad bonaerense de Carlos Tejedor, que es alimentada por desechos provenientes de corrales con una capacidad de encierre de 500 animales, y que tiene una pequeña planta de generación eléctrica con una potencia instalada de 50 kW (ver foto).
El caso de “La Micaela†fue el primero en gestionar la venta de la electricidad a la cooperativa eléctrica local por medio del financiamiento aportado a la Cooperativa Eléctrica de Carlos Tejedor por el Programa Provincial de Incentivos a la Generación de EnergÃa Distribuida (Proinged), el cual es gestionado por el Ministerio de Infraestructura de la provincia de Buenos Aires y el Foro Regional Eléctrico de la Provincia de Buenos Aires (Freba). Pero desde entonces no fue posible instrumentar ningún otro emprendimiento.