El próximo gobierno estará obligado a lograr superávit primario: ¿será vÃa impuestos o reducción del gasto público?
En 2022 y 2023 se concentra la mayor parte de los vencimientos.
“En los años 2022 y 2023 Argentina debe devolver al FMI más de 40.000 millones de dólares y es difÃcil prever que para entonces tendrá esos recursos, por lo que es muy probable que el próximo gobierno, más allá de cuál sea, tenga que renegociar con el FMI, lo que implica seguir acordando la polÃtica económica con el organismoâ€.
Asà lo indicó Santiago Giraud, economista del área de Investigación y Desarrollo de CREA, durante un taller sobre planificación de escenarios realizada en la sede porteña de la entidad.

En millones de dólares.
Las exportaciones, principal fuente genuina de divisas de la economÃa argentina, se mantienen estancadas en los últimos años debido a la conjunción de diferentes factores (menores precios de las materias primas, restricciones comerciales para acceder a diversos mercados de interés, elevados costos logÃsticos, etcétera).
En el primer trimestre de este año las exportaciones totales de bienes sumaron 14.186 millones de dólares FOB, una cifra 334 M/u$s menor que la registrada en el mismo perÃodo de 2018, según datos oficiales publicados por el Indec.
El acuerdo con el FMI implicó asumir compromisos orientados a reducir el déficit del sector público, alcanzando un superávit primario, es decir, sin contar intereses, a partir de 2020. “Para lograr eso será necesario reducir gastos, aumentar ingresos o bien una combinación de ambas, que es lo que se está haciendo en la actualidadâ€, explicó Giraud.
La semana pasada las autoridades económicas del gobierno nacional anunciaron que por primera vez en siete años el sector público nacional no financiero logró obtener un primer trimestre con superávit primario (que se ubicó en 10.347 millones de pesos versus un déficit de 31.001 M/$ en el mismo perÃodo del año pasado).
“La mayor parte de la reducción del gasto público nacional instrumentada en los últimos años se debió a menores subsidios a los servicios públicos y gastos en infraestructura, asà que es muy poco el margen que queda para seguir recortando erogaciones en esas partidasâ€, señaló el economista.