“Al menos un 30% de la producción argentina de maÃz se generó a partir del efecto de la napaâ€
El uso de agua subterránea presenta ventajas pero también peligros para la producción agrÃcola
“En la campaña 2018/19 estimamos que al menos un 30% de la producción argentina de maÃz se generó a partir del efecto de la napaâ€.
Asà lo Esteban Jobbágy, investigador superior del Grupo de Estudios Ambientales del Instituto de Matemática Aplicada de San Luis (IMASL-CONICET-UNSL), durante una exposición realizada esta semana en curso de FundaCREA AgrÃcola 2019.
“Estamos acostumbrados a hacer balances para muchas cosas y es necesario hacerlos también con el aguaâ€, explicó en referencia a la dinámica del recurso en función de las precipitaciones, escurrimientos, flujos verticales y laterales de la napa y evapotranspiración, entre otros factores.
Jobbágy advirtió que a medida que las napas freáticas se vayan acercando a la superficie los problemas de salinidad en agua comenzarÃan ser más frecuentes en muchas localidades.
El grupo de investigadores coordinado por Jobbágy está llevando a cabo diferentes estudios para determinar los niveles de tolerancia a salinidad de los principales cultivos. “Cuando me informan la profundidad de napa en una localidad, el siguiente dato crucial que debemos conocer es si la napa está bajando o subiendo porque esa dinámica incide en los niveles de salinidad del aguaâ€, explicó.
El investigador dijo que, frente a procesos de salinización de sectores bajos de los campos, la mejor estrategia de acción consiste en intervenir en los mismos antes de que comiencen a afectarse los rendimientos agrÃcolas.
“Mucho antes de llegar a ver una soja de 2000 kg/ha en sectores salinizados, podrÃamos sembrar agropiro o grama rhodes, especies tolerantes al anegamiento y la salinidad que pueden generar biomasa en las áreas afectadasâ€, aconsejó.
Frente a las nuevas exigencias relativas a intervenir paisajes agropecuarios –como el Plan Agroforestal en la provincia de Córdoba que impone la obligación de forestar al menos un 2% de la superficie de los campos en un plazo de diez años– Jobbágy dijo que es necesario hacer un seguimiento cientÃfico de las mismas para evaluar cómo inciden en la napa freática y la calidad del agua subterránea.
“Existe una demanda creciente, por parte de la sociedad, para que hagamos agronomÃa del paisaje, pero es importante que eso no se haga a ciegasâ€, concluyó.