Caminos rurales: imposible lograr avances trabajando en soledad
La experiencia del Nodo Pilar en Santa Fe.
Los eventos climáticos extremos –cada vez más recurrentes– hicieron que en muchas zonas productivas el problema de los caminos rurales se transformara en un factor crÃtico.
Por ese motivo el Nodo Pilar, conformado en 2013 por la región CREA Santa Fe Centro, la Cooperativa Guillermo Lehmann y la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), comenzó a trabajar en los últimos años con las autoridades comunales de los departamentos Castellanos y Las Colonias para intentar coordinar acciones conjuntas tendientes a lograr una solución integral al problema.
“Los caminos rurales requieren muchos recursos que las comunas no tienen a pesar de la enorme cantidad de dinero que las regiones productivas transfieren a la Naciónâ€, apunta Diego Lescano, referente CREA en el ámbito del Nodo Pilar.
“La falta de polÃticas adecuadas para promover el desarrollo de una región que es clave para la producción lechera argentina termina atentando contra el arraigo rural –en los departamentos de Castellanos y Las Colonias existen 195 escuelas– y la posibilidad de que pueda aumentar la oferta de leche y productos lácteosâ€, advierte.
Desde mediados de 2016 el Nodo Pilar comenzó a organizar talleres cuatrimestrales con referentes comunales y senadores provinciales para comenzar a armar un red a partir de la cual pudiese ser factible implementar una gestión integral de la red vial rural en los dos departamentos del centro de Santa Fe.
En marzo de este año el Nodo Pilar presentó un documento en el cual se detalla la situación de los caminos rurales en Castellanos y Las Colonias (que se considera la base de partida para comenzar a diseñar polÃticas activas en la materia).
El estudio del Nodo Pilar detectó que casi el 20% de los caminos del área se consideran “perdidos†por diversos motivos: avance de renovales, alcantarillas rotas que obligan a utilizar un paso alternativo, ocupaciones por propietarios linderos o cuentapropistas informales que desarrollan actividades como ladrillerÃa, entre otros. Y que más del 30% de los caminos transitables necesitan limpieza de renuevos en las cunetas.
Los integrantes del Nodo Pilar están diseñando un proyecto para asfaltar una sola mano de la calzada (3,50 metros de ancho) de caminos rurales, con intersecciones espaciadas hacia la otra calzada, de manera tal de permitir el paso vehicular en situaciones de lluvias torrenciales. “Para el Nodo Pilar esto serÃa un hito porque en la provincia de Santa Fe no existen caminos rurales asfaltadosâ€, comenta Lescano.
Existen empréstitos de entidades internacionales que pueden financiar la obra, aunque, para que se hagan efectivos, se requiere el aval tanto de la provincia como de la Nación.
El costo de un kilómetro de ripio es actualmente de alrededor de un millón de pesos, mientras que el asfaltado de una sola mano de la calzada puede llegar a ser cuatro veces mayor.
“El ripio tiene una vida útil aproximada de unos diez años y requiere un mantenimiento constante si se realiza un uso intensivo del mismo; en cambio, el asfalto, además de necesitar un mantenimiento mÃnimo, puede durar unos treinta años, con lo cual, en términos relativos es mucho más económico que el ripio. El problema reside en conseguir los fondos para poder financiar la inversión inicialâ€, explica el empresario CREA.
El proyecto contempla realizar una prueba piloto de 50 kilómetros asfaltados en diez comunas (cinco de Castellanos y las otras cinco de Las Colonias). Cada comuna podrá elegir los cinco kilómetros por asfaltar.
“El propósito del Nodo Pilar es generar las condiciones para que las comunas puedan llevar adelante las obras; los 50 kilómetros serÃan una prueba piloto para demostrar que es posible contar con caminos rurales transitables en cualquier circunstancia ambientalâ€, señala Lescano.
“Ni las comunas ni los empresarios agropecuarios tenemos recursos suficientes para poder mejorar los caminos rurales porque los mismos son derivados a la Nación, por lo que es necesario realizar un trabajo interinstitucional para poder encontrar una solución a un problema crÃtico para la regiónâ€, agrega.
La producción de soja de los departamentos de Castellanos y Las Colonias ronda las 830.000 toneladas. Si se considera un valor FOB promedio de 350 u$s/tonelada con un tipo de cambio de 44 $/u$s, los empresarios agrÃcolas –sólo contemplando al cultivo de soja– aportarán este año derechos de exportación por más de 3500 millones de pesos.
“Los empresarios agropecuarios invertimos muchos recursos para mejorar nuestros sistemas productivos, pero luego ese potencial no puede plasmarse por las limitaciones de infraestructura, entre otros aspectos. Por eso se necesita de la planificación y el trabajo de los diferentes niveles del Estado y de los actores involucradosâ€, concluye Diego.
La nota completa se encuentra en la última edición de la Revista CREA.