Chemes: “Con nuestro trabajo sostenemos enormes estructuras burocráticas que hasta ahora no han hecho ningún esfuerzo por ser eficientesâ€
Columna del presidente de CRA.
La decisión poco inteligente del
gobierno nacional de aumentar los derechos de exportación, que es un impuesto
negativo y que en cualquier porcentaje, retrae y desalienta la producción, nos
obliga a poner de nuestro bolsillo para solucionar el gasto público que, en
términos simples, no es otra cosa que el resultado de las malas decisiones
polÃticas. Aportamos cada vez más, y sin embargo, el déficit crece y la pobreza
nunca baja. Si los gobiernos no discuten las causas, la calidad y el tamaño del
gasto, no habrá derechos de exportación, ni impuestos que alcancen porque la
cuestión de fondo es el agujero negro de la polÃtica que gasta más de lo que
puede y mal. El problema no es el campo, es el gasto descontrolado de la
polÃtica.
Lo poco que va a recolectar el gobierno con más retenciones se contrapone a lo
mucho que podrÃa ganar si, en vez de quitarnos, pone el esfuerzo en originar
más inversiones y confianza, porque, en rigor, para solucionar la pobreza lo
que hay que generar es más riqueza.
El campo es una polea, que al girar, produce dólares frescos, alimentos, empleo
genuino y, sin embargo, los gobiernos en sus más variadas ideologÃas y a lo
largo de la historia, lo ha reducido a una caja sin fondo donde busca para
pagar lo que gastan sin medida. Ese simplismo es el que explica también porqué
el paÃs está como está y porqué, otros paÃses, con menos potencial pero más
aspiraciones hacia el desarrollo y el progreso y más cuidado en el gasto, han
despegado tanto. Es una utopÃa pensar que el crecimiento llega sin
planificación y sin esfuerzos y que alcanza sólo con los enormes bienes que nos
ha dado la naturaleza.
Nos preocupa la constante tentación de la polÃtica de explicarnos las
dificultades pero eludir la autocrÃtica a la hora de asumir sus
responsabilidades por sus malas decisiones. Sin asumir los errores, no hay
posibilidad diseñar un futuro diferente al preocupante presente que hoy
tenemos.
Somos pequeños y medianos productores que tratamos, cada dÃa, de sostenernos y
cumplir la meta de la competitividad y lo hacemos con el acompañamiento de un
par de profesionales y el conocimiento que nos da años y años de trabajo. La
paradoja es que con nuestro trabajo sostenemos enormes estructuras burocráticas
que hasta ahora no han hecho ningún esfuerzo por ser eficientes, menos aún
competitivas y menos aún generadoras de ideas para el crecimiento de la
producción en cualquiera de sus segmentos. Hasta acá lo que ha logrado el campo
es gracias a la imaginación, la perseverancia y el esfuerzo de las familias que
todos los dÃas le ponen ganas y esperanza donde otros no ponen nada.
Somos burros empujando un enorme carro en el que, cómo calabazas, la polÃtica
pone más y más carga impositiva para aguantar los beneficios que a nosotros,
los del campo, nunca nos llegan. El engranaje de este carro deberÃa estar
aceitado con proyectos y polÃticas que le den al campo futuro, tecnologÃa,
mercados, desarrollo y un porvenir. Sin embargo, la rueda cruje por la sequÃa
de ideas, lo que nos produce un atraso enorme en términos comparativos con
otras regiones.
En verdad, el campo, desde hace mucho tiempo está muy lejos de la visión
romántica de magnÃficos atardeceres en estancias con platerÃa. Somos, en rigor,
miles de productores que nos hemos empobrecido junto con en el progresivo
empobrecimiento del paÃs y que hoy, trabajamos a destajo sin polÃticas, sin
caminos, sin infraestructura, sin escuelas ni universidades que generen arraigo
y enfrentando la avaricia constante de la polÃtica que desde hace años gasta
más de lo que recauda y disfraza como déficit fiscal el enorme gasto público
que crece con el mismo vértigo que la pobreza.
El gobierno ha tomado una decisión. Ellos tienen el poder polÃtico. Nosotros,
el campo, la fuerza del trabajo. Esta magra y pobre estrategia sin táctica de
aumentar los impuestos no es otra cosa que impulsar un conflicto y
empobrecernos más. No sólo para el campo. También para el gobierno porque el
presidente Alberto Fernández fue uno de los hombres que terció, en la 125, para
evitar la confrontación y hoy, unilateralmente, nos empuja a tomar medidas.
El campo puede producir mucho más en un escenario diferente. La polÃtica deberá
resolver si se va a quedar en los diagnósticos o avanza en la soluciones.
Nosotros hacemos nuestra parte, históricamente solidarios, exhortamos al
gobierno a hacer la suya porque el problema no es el campo, es la polÃtica.
Jorge Chemes. Presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).