Las demostraciones de fuerza por parte de China obligan al Mercosur a olvidarse de la nación asiática como socio comercial natural
Un peligro creciente.
China deberÃa ser el socio natural del Mercosur. La nación más poblada del mundo es ultradeficitaria de alimentos y cuenta con cantidades ingentes de recursos para financiar grandes obras de infraestructura. Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay disponen de grandes excedentes de alimentos y necesitan recibir inversiones para mejorar el nivel de vida de los amplios sectores de su población que no logran cubrir las necesidades básicas.
Sin embargo –como viene denunciando Valorsoja desde el año pasado– las autoridades chinas han comenzado a implementar una serie creciente de obstáculos para entorpecer la importación de proteÃnas cárnicas provenientes del Mercosur.
Se trata de una situación penosa para la industria frigorÃfica de Brasil, Argentina y Uruguay (Paraguay no exporta directamente a China porque ambas naciones mantienen un conflicto diplomático), dado que la nación asiática es –por lejos– el principal comprador de carnes y, ante cualquier cambio unilateral de reglas de juego, no es factible redireccionar mercaderÃa hacia otros destinos.
Primero procedieron a liberar grandes volúmenes de reservas estatales de carne porcina junto con la habilitación del denominado “canal gris†de Hong Kong, por medio del cual ingresa, de manera informal, un gran volumen de cortes de carne de búfalo de bajo valor provenientes de India.
Posteriormente cortaron lÃneas oficiales de financiamiento a importadores chinos de carnes, quienes, para no entrar en default, obligaron a muchos exportadores sudamericanos a renegociar contratos para ocasionarles importantes pérdidas económicas.
La última innovación –tal como se adelantó a comienzos del presente mes– es inhabilitar plantas frigorÃficas en paÃses exportadores con la excusa de que se trata de medidas preventivas para evitar la propagación del Covid-19 (algo insultante si se tiene en cuenta que el virus se propagó desde China hacia todo el orbe).
En la Argentina FrigorÃfico Rioplatense primero y luego Frimsa interrumpieron envÃos a China al detectar casos positivos de Covid-19 entre su personal. Las autoridades argentinas del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) procedieron a promover otras suspensiones preventivas por temor a una represalia mayor por parte de China.
No existe criterio cientÃfico alguno para solicitar alimentos libres de Covid-19 (o de ningún otro virus), pero, para el caso, no es necesario, pues se trata de otra táctica más del gobierno central chino para deprimir los precios de las carnes importadas.
La preocupación excede la cuestión meramente económica. En mayo pasado fuimos testigos de un hecho gravÃsimo cuando el gobierno chino restringió exportaciones cárnicas provenientes de Australia –nación con la que tiene firmado un Tratado de Libre Comercio que evidentemente se pasó por el traste– a modo de represalia polÃtica contra una decisión soberana del gobierno australiano.
Tales hechos son indicios más que suficientes para que las naciones del Mercosur, por su propia supervivencia, consideren a China como un cliente más y procedan de manera urgente a diversificar la matriz comercial del sector agroindustrial, dado que focalizar envÃos hacia ese mercado constituye un riesgo de proporciones crecientes.
Ezequiel Tambornini