Déjà vu chavista para un venezolano que trabaja en el campo argentino: la historia de Keiver
Un joven agrimensor que se radicó en Córdoba.
Keiver Leandro Nuñez (26) miente cuando le preguntan de qué cuadro de fútbol es. Dice “Talleres de Córdoba†para salir del paso. Pero entiende poco de fútbol. Su verdadera pasión es el béisbol.
Este ingeniero geodesta (agrimensor) venezolano, oriundo de Caracas, llegó a la Argentina en junio de 2018 envuelto en capas de diferentes indumentarias para hacer frente –por primera vez en su vida– al frÃo y pronto se hizo fanático del asado, la chocotorta y el dulce de leche. Antes de abandonar su paÃs trabajó en una compañÃa agroindustrial (Grupo Merino).
¿Por qué tomaste la decisión de irte de Venezuela?
KLN: Fue una decisión muy difÃcil. Una de las razones es la inseguridad. Cuando estaba estudiando en la facultad, fui vÃctima de un atraco muy violento en el que fue cuestión de suerte que no muriera; estaba esperando el colectivo y se me acercó un auto con varios encapuchados armados que me dejaron casi en pantalones. Me pregunté entonces si valÃa la pena levantarse temprano para estudiar, ejercer una profesión y que me pasaran esas cosas; te desmotivas, porque, por más que te esfuerces, ves que tu entorno sigue igual o peor. Luego, a comienzos de 2018 tenÃa un compañero en la empresa (agroindustrial) que se encargaba de analizar la proyección del tipo de cambio que, si bien en ese momento era del orden de 20.000 bolÃvares por dólar, el pronóstico era que podÃa llegar a 20 millones de bolÃvares por dólar hacia fines de ese año.
O sea que la moneda local desaparecÃa para promover una dolarización de facto.
KLN: Claro. El salario mÃnimo (en bolÃvares) con eso dejaba de ser un patrón de referencia. Durante muchos años funcionarios públicos en Venezuela sostuvieron que el tipo de cambio no era un tema económico sino polÃtico para tener control sobre la población. Para 2018 aún estaba vigente la Ley de IlÃcitos Cambiarios que castigaba fuertemente a las empresas que hicieran transacciones en moneda extranjera, pero ese año se derogó y desde entonces ya no se penaliza a los que hacen transacciones en dólares.
No les quedó otra alternativa.
KLN: SÃ. El billete de máxima denominación en Venezuela es de 50.000 bolÃvares y un dólar en el mercado negro vale unos 540.000 bolÃvares. Existen algunos productos que aún siguen subsidiados, pero con restricciones. En Venezuela, por ejemplo, hay un cupo mensual de 60 litros de gasolina por persona a precio subsidiado y si consumes más de eso, tienes que pagar el precio de mercado internacional, algo difÃcil para un paÃs en el cual el salario mÃnimo es equivalente a un dólar.
¿Cómo gestionaste la decisión de viajar hacia la Argentina?
KLN: Hice algunos contactos con amigos que estudiaron conmigo en la facultad y me dieron muy buenas referencias de lo que es el trato hacia los venezolanos por parte de los argentinos, dado que en algunos otros paÃses no es tan asÃ, aunque eso se explica en parte porque no han llegado tantos venezolanos aquÃ; en Colombia, por ejemplo, ya hay más de un millón de venezolanos y en Perú unos 500.000. En la Argentina el número es de alrededor de 200.000.
¿Cómo llegaste?
KLN: En principio tuve que reunir cierta cantidad de dinero para comprar el vuelo. Conocà muchas personas que atravesaron toda Sudamérica hasta llegar a Buenos Aires por tierra y honestamente los admiro porque no es sencillo cruzar el continente en colectivo. En 2018 habÃa vuelos directos Caracas-Buenos Aires, pero eran muy costosos para un venezolano. Tomé un vuelo de Caracas hasta la ciudad de Barcelona, que está en el oriente de Venezuela, y luego tomé otro vuelo comercial hacia la ciudad de Manaos, en Brasil; pasé una noche en esa ciudad y allà me encontré con una situación que me impactó: muchos venezolanos varados en el aeropuerto, acampando prácticamente, que habÃan cruzado la frontera en colectivo y estaban esperando que llegara la fecha de su vuelo. Luego tomé un vuelo hacia la ciudad de San Pablo, donde pasé otra noche, y luego hice un vuelo directo a la ciudad de Córdoba.
¿Cómo fue llegar al paÃs?
KLN: No llegué con un trabajo, pero aquà tenÃa muchos amigos que son ingenieros civiles y agrimensores y tenÃan algunas referencias a las que podÃa contactar para conseguir trabajo y afortunadamente conseguà uno relativamente rápido y pude comenzar a asentarme en la ciudad de Córdoba. Me han recibido muy bien acá. Los cordobeses tienen una forma de ser muy particular, son muy alegres y carismáticos, y eso hace que los venezolanos conectemos con ellos fácilmente.
¿Qué actividades profesionales realizás en Córdoba?
KLN: Trabajo como agrimensor en el sector agroindustrial. Me dedico especÃficamente a clasificaciones de imágenes satelitales, principalmente para generar mapas de cultivos en diferentes regiones agrÃcolas. He aprendido muchÃsimo porque en Venezuela tenemos un calendario agronómico totalmente distinto al presente aquÃ. He hecho también buenas amistades aquÃ. Siempre me he sentido bienvenido.

¿Cómo fueron los primeros dÃas en Córdoba?
KLN: El primer shock fue el frÃo; llegue el 1 de junio de 2018 y venÃa abrigado como un cebolla, con campera, buzo, calza térmica, tenÃa todo puesto, pero fue un impacto porque yo vivÃa en una zona montañosa donde la temperatura promedio es de 22 a 23 ºC y de repente llegar a 7 ºC es un golpe. Con el tiempo me fui acostumbrando y ahora prefiero el frÃo del invierno que el calor del verano. En los primeros dÃas estuve viviendo en la casa de unos amigos en la ciudad de Córdoba; fueron un apoyo importante.
¿Ves algunas semejanzas entre lo que sucede aquà con lo que viviste allá?
KLN: SÃ, existen algunas semejanzas que no se pueden obviar. El tema del dólar es prácticamente una copia carbón de lo que pasó en Venezuela. Allá cuando se comenzó a implementar el control de cambios al principio habÃa un cupo mensual para las personas que querÃan viajar al exterior, que era de 3000 dólares y a un precio subsidiado, además de un cupo para compras al exterior con tarjetas de crédito. Muchas personas comenzaron a usar ese recurso a tal punto que el gobierno comenzó a recortar el cupo y aplicar restricciones para poder acceder al mismo. El paÃs se quedó finalmente sin divisas en el Banco Central de Venezuela. Sin embargo, buena parte del drenaje de divisas se registró a través de las importaciones porque se crearon muchas empresas fantasma de funcionarios o testaferros que importaban alimentos o insumos esenciales a un tipo de cambio preferencial; esas personas inescrupulosas importaban alimentos con sobrefacturaciones, de manera tal que el negocio no era la operación de comercio exterior sino la originación de divisas a un precio subsidiado.
Con un precio totalmente irreal del tipo de cambio.
KLN: Exactamente. Durante mucho tiempo la tasa de cambio en Venezuela fue de unos cuatro bolÃvares por dólar cuando el tipo de cambio en la calle era del orden de 200 bolÃvares; la brecha era monumental y era más rentable importar bienes básicos que producir en el paÃs, porque la ganancia que dejaba eso era impresionante. Eso promovió la destrucción del aparato productivo venezolano porque la agroindustria no podÃa competir con los alimentos importados. El gobierno argentino está oscilando entre rechazar y apoyar a (el dictador Nicolás) Maduro, pero la comunidad venezolana que está en el paÃs espera más de un presidente que se etiqueta como alguien de izquierda.
¿Qué esperan?
KLN: En Venezuela ahora hay una dictadura militar, aunque parezca extraño hablar de dictaduras en este siglo, es eso lo que es efectivamente. La administración pública está copada por militares en ejercicio y, conociendo la historia de la Argentina, esperamos que un gobierno argentino sea más frontal en denunciar una dictadura militar porque no denunciarla es ser cómplice. En Córdoba recientemente una legisladora fue suspendida por hacer un comentario desafortunado sobre la última dictadura militar argentina, pero, por otro lado, algunos funcionarios públicos argentinos se dan la mano con personajes como Jorge RodrÃguez (Gómez, ex vicepresidente y ex ministro del Poder Popular para la Comunicación y la información en Venezuela; hermano de la actual vicepresidenta venezolana Delcy RodrÃguez), que los venezolanos conocemos bien y que es una persona que está comprometida en cuanto a los derechos humanos y esto lo dice Naciones Unidas y Luis Almagro en la OEA (Organización de los Estados Americanos), que es un dirigente que está en el espectro de la centro-izquierda. Los venezolanos escapamos de un gobierno autoritario y nos preocupa ese tipo de acercamientos. Con respecto a los acontecimientos recientes, recordamos el caso del productor agropecuario Franklin Brito (RodrÃguez), que fue paradigmático en el marco de las expropiaciones realizadas por la reforma agraria de (Hugo) Chávez. Este señor se trasladó hasta Caracas para iniciar una huelga de hambre y falleció en un hospital en 2010. Nadie se preocupó por lo que le pasaba y murió defendiendo su patrimonio. Nunca deberÃamos olvidar que eso sucedió, que personas como Franklin Brito dieron su vida defendiendo sus derechos. Las expropiaciones, si bien se hacÃan en nombre de la soberanÃa alimentaria, se empleaban como un arma polÃtica, porque muchos polÃticos venezolanos opositores sufrieron la expropiación de campos de su familia.
